Si cruzaste camino con un gato negro ya es definitivo que tendrás un mal día, pero no solo eso, también puede ser que te hayas cruzado con una bruja en forma de gato y te haya lanzado alguna maldición para arruinar tu suerte. Estos son algunos de los comentarios que más se solían escuchar sobre los gatos negros y la mala suerte que estos atraen. Pero alguien nos puede explicar ¿cómo pasamos de culturas que adoraban a los gatos como dioses a segregarlos por su color oscuro? ¡En Patas en Casa te decimos!
Se dice que estos gatos están ligados con la magia negra y las brujas, también que son extremadamente agresivos y feroces, de hecho un estudio de la Universidad de California Davis afirma que existe cierta relación entre un carácter más dócil y dispuesto a convivir con otros gatos, humanos y animales.
Los gatos negros atraen la mala suerte
El mito más conocido es que los gatos negros dan mala suerte, además de estar asociados con la muerte. Este miedo se originó en la época medieval cuando un animal de pelaje obscuro o de plumaje negro como cuerpos o gallinas predecían la muerte. En la Italia del siglo XVI, se creía que la muerte era inminente si un gato negro se acostaba en el lecho de alguien.
De acuerdo con la mitología griega, en la época antigua un esclavo llamado Galantis fue convertido en un gato negro por Hera, la mujer de Zeus, para ser castigado por intentar impedir el nacimiento de Heracles. Este esclavo Galantis eventualmente se convirtió en el sacerdote de Hécate la diosa de la muerte. Con el paso de los años, esa historia fue el origen del mito que relacionó a los gatos negros con su poder de predecir la muerte.
Orígenes históricos de la mala suerte de los gatos
Se han encontrado registros escritos que vinculan a los gatos negros con el ocultismo desde el siglo XIII, cuando un documento oficial de la iglesia llamado “Vox in Rama” fue emitido por el Papa Gregorio IX el 13 de junio de 1233. “En él, los gatos negros fueron declarados una encarnación de Satanás,” dice Layla Morgan Wilde, autora de Black Cats Tell: True Tales And Inspiring Images. “El decreto marcó el comienzo de la inquisición y las cacerías de herejes y/o brujas sancionadas por la iglesia. Inicialmente, fue diseñado para aplastar el creciente culto de los Luciferinos en Alemania, pero rápidamente se extendió por toda Europa”.
Sin embargo, no era solo esta triple conexión entre el diablo, las brujas y los gatos lo que temían los primeros cristianos: también los veían a ambos como amenazas. “Los gatos, al igual que las mujeres acusadas de brujería, tienden a mostrar un sano desprecio por la autoridad [...] “No adulan, como los perros, ni siquiera a los indignos. En la iglesia, ni las mujeres independientes ni los animales independientes eran tolerados.” Dice Layla Morgan Wilde.
En algún momento, la asociación de las brujas con los gatos se redujo a los gatos negros y estos a la mala suerte que auguraban. Sin embargo, hoy en día hay estragos de la mala reputación que tienen los gatos; aunque es menos frecuente, aún se cree que pueden dar mala suerte y esto provoca un rezago en su popularidad y adopción.
De hecho, estas creencias sin sentido han desembocado en un fenómeno conocido como “síndrome del perro negro” (SPN) que también se aplica para los gatos. De acuerdo con el estudio titulado El síndrome del perro negro: Revisión de estudios sobre la influencia del pelaje oscuro en la adopción de perros, menciona que El Síndrome del Perro Negro (SPN) también referido como el SPN, remite a una “extrema sub-adopción de los perros negros grandes que no se basa en su temperamento o salud, sino en la confluencia de factores físicos y ambientales en conjunción con el simbolismo occidental ligado al color negro”.
Sin embargo, estos mininos han recibido una reputación injusta, esa creencia de que los gatos negros atraen la mala suerte; la única verdad es que los gatos negros son criaturas hermosas y son tan adorables como cualquier otro felino.