Los gatos, por naturaleza, tienden a ser animales que consumen poca agua. Este comportamiento proviene de sus ancestros salvajes, que obtenían la mayor parte de su hidratación a través de los alimentos que cazaban. Sin embargo, si un gato doméstico comienza a tomar más agua de lo habitual, podría ser una señal de que algo no está del todo bien con su salud.
Cuánta agua debe consumir un gato
En condiciones normales, un gato promedio necesita consumir entre 50 y 100 mililitros de agua por kilogramo de peso corporal al día, según especialistas en medicina veterinaria. Esto incluye el agua que obtienen de su comida, especialmente si comen alimento húmedo. Cuando un gato consume alimento seco, es normal que beba más agua para compensar la falta de humedad en su dieta.
El doctor Juan Carlos Álvarez, veterinario especialista en pequeños animales de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica: “Un aumento repentino en el consumo de agua, conocido como polidipsia, no debe ser ignorado, ya que puede estar relacionado con problemas de salud subyacentes como enfermedades renales, diabetes o infecciones del tracto urinario”.
Existen varias razones por las que un gato puede estar tomando demasiada agua, algunas de las más comunes incluyen:
Enfermedades renales: Los gatos mayores son más propensos a desarrollar insuficiencia renal crónica, lo que puede causar un aumento en la sed.
Diabetes mellitus: Este trastorno metabólico puede provocar que los gatos beban y orinen más de lo habitual.
Hiperparatiroidismo: Un desbalance hormonal poco común en gatos, pero que puede causar aumento en el consumo de agua.
Calor o deshidratación: En épocas calurosas, los gatos pueden beber más agua para regular su temperatura.
Si notas que tu gato está tomando agua más frecuentemente de lo habitual, lo primero que debes hacer es observar su comportamiento y registrar la cantidad de agua que consume diariamente. Es fundamental acudir al veterinario si el aumento de consumo persiste por más de un par de días o si se acompaña de otros síntomas como pérdida de peso, vómitos o letargo.
La doctora Mariana López, especialista en medicina felina de la Universidad Autónoma de Barcelona, señala: “El diagnóstico temprano de cualquier afección subyacente es crucial para garantizar una buena calidad de vida en los gatos. La hidratación es importante, pero cuando se vuelve excesiva, podría indicar un problema que requiere atención inmediata”.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.