Salir a pasear a tu perro es una rutina y un momento de relajación para tu mascota y tuya, pero, ¿qué pasa cuando a tu perrhijo le da miedo la calle? Esto afecta su bienestar y calidad de vida.
El temblor y el esconderse detrás de ti para evitar salir a la calle es un problema es más común de lo que crees, especialmente en perros mayores, y aunque puede parecer difícil de manejar, con paciencia y algunas estrategias bien aplicadas, es posible ayudarle a recuperar la confianza.
¿Por qué un perro tiene miedo a la calle?
El miedo es una emoción poderosa que actúa como sistema de alarma ante lo que el perro percibe como una amenaza. Aunque no todos los estímulos son realmente peligrosos, su mente puede interpretarlos así por varias razones, como lo explica Kiwoko.
- Experiencias negativas anteriores: un susto fuerte, un ruido intenso, una pelea con otro perro o incluso haberse perdido pueden dejar huellas emocionales que reaparecen cada vez que toca salir.
- Situaciones traumáticas: si vivió un evento especialmente impactante, como un atropello o abandono, puede desarrollar un miedo generalizado a todo lo que ocurre fuera de casa.
- Falta de socialización: si no se acostumbró desde cachorro a convivir con otros perros y personas, las calles pueden parecerle abrumadoras.
- Etapa de cachorro: los más pequeños suelen sentirse inseguros ante lo desconocido, y eso incluye el mundo exterior.
Estrés acumulado: un perro estresado está más alerta y sensible a cualquier estímulo, por pequeño que sea.
Identificar la causa es el primer paso para saber cómo ayudarlo.El estrés acumulado puede provocar que tu perro no quiera salir a la calle.
¿Qué puedes hacer para que tu perro vuelva a disfrutar de los paseos?
Aquí van algunas recomendaciones clave para devolverle poco a poco la seguridad a tu perro:
1. Progresión gradual
No lo obligues a enfrentarse de golpe a lo que le da miedo. Si sabes qué estímulo lo detona (como otros perros o ciertos ruidos), empieza a trabajar a distancia. Por ejemplo, si le teme al sonido de los coches, puedes comenzar a pasear a varios metros de una avenida, mientras lo mantienes entretenido con ejercicios de atención o con premios. Solo cuando veas que se relaja, acércate un poco más. Y así sucesivamente.
2. Busca zonas tranquilas
Al inicio, elige lugares pacíficos, lejos del bullicio y el tráfico. Parques poco concurridos o calles silenciosas pueden ayudarle a asociar la calle con experiencias más positivas y calmadas.
3. Aplica el contra-condicionamiento
Cuando se enfrente al estímulo que le da miedo, en lugar de evitarlo o consolarlo, redirige su atención: dale una golosina, juega con él o pídele una orden sencilla. Así aprenderá que aquello que antes lo asustaba no es tan malo después de todo.
4. Evita el consuelo excesivo
Aunque es natural querer abrazarlo o acariciarlo para calmarlo, esto puede reforzar su miedo. Los perros pueden interpretar ese gesto como una confirmación de que, en efecto, hay algo peligroso. Mejor mantente sereno y actúa con normalidad. Eso le transmite seguridad.
5. Enséñale a gestionar sus emociones
Tu perro necesita sentirse seguro contigo. Sé un referente tranquilo y constante. No se trata de forzarlo, sino de acompañarlo, guiándolo con calma. Puedes formar un “círculo de seguridad”, caminando a su lado sin tirones, observando el entorno y anticipándote a los posibles estímulos que le afecten.
Además, si aparece algo que lo altere, como una bicicleta o un grupo de niños, redirige su atención con algo que disfrute, como una chuche o su juguete favorito.
Si después de estos consejos no mejora, llévalo con un especialista y, por sobre todas las cosas, ¡no lo castigues! Dale amor y paciencia.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.