Cuando los riñones de un gato dejan de funcionar como deberían, su calidad de vida puede verse seriamente afectada. Si a tu michi le diagnosticaron una enfermedad renal, una de las mejores maneras de ayudarlo es adaptando su alimentación. Aquí te contamos cómo mejorar su bienestar desde su plato, con recomendaciones avaladas por expertos.
¿Por qué es importante la dieta en gatos con enfermedad renal?
Los riñones tienen muchas tareas importantes: eliminan toxinas, regulan la presión arterial y ayudan a producir glóbulos rojos. Cuando comienzan a fallar, ya sea por una insuficiencia renal aguda o crónica, estas funciones se ven comprometidas.
En el caso de la insuficiencia renal crónica (IRC) —la más común en gatos mayores—, el daño es progresivo y suele ser irreversible. Sin embargo, una dieta renal adecuada puede reducir los síntomas y ralentizar el avance de la enfermedad, según explican los expertos de Purina.

¿Qué tipo de comida necesita un gato con problemas renales?
Una dieta especial para gatos con enfermedad renal tiene tres objetivos principales: reducir el trabajo de los riñones, mantener el peso corporal y mejorar su calidad de vida. Este tipo de alimento suele tener:
- Proteínas altamente digeribles, para que el cuerpo aproveche mejor los nutrientes y los riñones no se sobrecarguen.
- Menos fósforo, ya que niveles elevados aceleran el daño renal.
- Ácidos grasos esenciales (como el omega-3) que funcionan como antiinflamatorios naturales.
Aunque estas dietas están diseñadas para ayudar a tu gato, es común que no sean tan apetitosas como su comida habitual. Su sentido del gusto es ultra sensible, por lo que puede que al principio la rechace. Pero no te preocupes, con paciencia se adaptará. Agrega productos Purina en su dieta.
Cómo hacer la transición a una dieta renal
El truco está en ir poco a poco. Aquí te va una guía paso a paso:
- Empieza mezclando una pequeña cantidad de comida renal con su alimento habitual.
- Cada día, aumenta ligeramente la proporción del nuevo alimento y reduce la del anterior.
- El cambio completo puede tardar de dos a seis semanas, ¡pero vale totalmente la pena!
- Si tu gato prefiere comida húmeda, puedes calentarla ligeramente (sin que queme) para hacerla más atractiva.
- Si es comida seca, prueba agregar un chorrito de agua tibia para ablandarla.
Además, muchos gatos con insuficiencia renal prefieren comer en porciones pequeñas y más frecuentes. Así que, en lugar de dos comidas grandes, reparte su ración diaria en tres o cuatro veces.
Y muy importante: evita las golosinas y alimentos fuera de su dieta especial, a menos que tu veterinario lo autorice.
No todo es comida: consulta veterinaria y monitoreo
Aunque la alimentación es clave, el tratamiento de la enfermedad renal en gatos no se limita al alimento. El veterinario puede recetar medicamentos para controlar problemas asociados como la hipertensión o la anemia, que también afectan a estos gatos.
Además, será necesario hacer controles periódicos con análisis de sangre y orina para revisar cómo evoluciona la función renal y ajustar el tratamiento si es necesario. Recuerda: nunca cambies la dieta o suspendas medicamentos sin consultar al veterinario.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.