Cuando llega a tu vida un cachorro todo cambia para bien, tanto para ti como para el perro. Sin embargo, si adoptaste a un peludo que tuvo una vida difícil sabes que se necesitará el doble de paciencia y amor para que se adapte a su nuevo estilo sin estresarlo. Aquí te compartimos la regla 3-3-3, que trata de 3 días de descompresión, 3 semanas de adaptación y 3 meses para ganar confianza.
Durante los primeros 3 días, tu cachorro puede sentirse asustado, confundido y sobreestimulado. Es posible que no coma, se esconda o simplemente se quede en un rincón. Esto es totalmente normal.
Según la escuela de adiestramiento Ágora Canina, en esta etapa hay que evitar corregirlo con dureza y enfocarse en crear un ambiente predecible, tranquilo y seguro.

1. Prepara tu casa antes de que llegue
Haz una inspección general para evitar accidentes: esconde cables, guarda los zapatos y asegúrate de que no haya objetos peligrosos a su alcance. También revisa tu jardín (si tienes) para confirmar que no haya huecos por donde pueda escaparse.
2. Crea un espacio tranquilo
Una jaula o una zona segura puede ser de gran ayuda. “Si se usa correctamente, una jaula no es una prisión, es un refugio. Les da un espacio propio que ayuda a reducir el estrés”, explica Midwest Homes For Pets, expertos en productos para mascotas. Si prefieres no usar jaula, basta con asignarle una habitación o rincón con cama, juguetes y agua fresca.
3. La rutina es clave
Una rutina diaria le permite a tu perro predecir lo que va a pasar, lo que disminuye su ansiedad. Un ejemplo simple: caminar, entrenar un poco, comer y descansar. Repite este ciclo 3 veces al día.
La comida también es un factor muy importante, siempre busca croquetas con ingredientes de calidad y sin subproductos, como Purina, ya que una buena alimentación también ayuda en su comportamiento.
4. El primer día: calma total
Aunque tengas muchas ganas de abrazarlo, tu energía debe ser tranquila. “Demasiado cariño desde el principio puede generar ansiedad por separación”, explican Crafty Canine Club. En lugar de eso, dale un paseo antes de entrar a casa, muéstrale las habitaciones sin quitarle la correa y evita sobreestimularlo.
5. Establece límites y recompensas
Una vez que hayas recorrido la casa, llévalo a su espacio designado, muéstrale dónde comerá y déjalo explorar a su ritmo. Si decides usar jaula, incentívalo con premios para que la asocie con cosas buenas. Marca límites desde el principio, pero sin castigos severos. El refuerzo positivo siempre es más efectivo.
6. Habla su idioma
Entender su lenguaje corporal te ayudará a comunicarte mejor con él. Premia el buen comportamiento y mantén la coherencia en tus órdenes. Recuerda: tú eres el guía, no el jefe.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.