Así que decidiste adoptar un gato y un perro, pero, ¿cómo hacerle para que no se peleen y se lleven bien? Definitivamente tener diferentes mascotas en casa es una experiencia gratificante, pero también es un desafío. A continuación, te vamos a dar unos tips para que la convivencia armoniosa se dé.
- Introducción gradual
Lo primero que se pregunta la gente cuando planean adoptar un gato o un perro, cuando tienen uno del otro, es, ¿se pueden llevar? De acuerdo con la doctora Karen Becker, autora de “Real Food for Healthy Pet”, una presentación lenta y controlada puede reducir el estrés y la ansiedad de los dos.
- Separación inicial
Lo primero que tienes que hacer es tener a tu gato y al perro en habitaciones separadas durante los primeros días o semanas. Esto hará que se acostumbren al olor y sonidos del otro, sin confrontarlos.
- Intercambio de olores
Tal como lo haces con un bebé, intercambia mantas o juguetes para que se familiaricen con los olores de cada uno. La doctora Becker recomienda que en este paso, “las mascotas asocian el olor del otro con algo positivo y no como una amenaza”.
- La presentación
Es muy importante que tomes en cuenta estos consejos que te vamos a dar para que la experiencia sea positiva.
- Usa barreras físicas como una puerta de bebé o una jaula para que el perro y el gato se vean y huelan, pero sin contacto físico.
- Las primeras veces deben ser cortas y siempre bajo supervisión. Poco a poco, aumenta el tiempo de interacción, hasta que se sientan cómodos.
- Usa premios para aplaudir el buen comportamiento. La doctora Patricia McConnell sugiere que darles recompensas a las mascotas por buen comportamiento, crea asociaciones positivas.
- Espacios seguros
Aunque no lo creas, los perros y los gatos necesitan un descanso, por eso es muy importante darles espacios seguros.
Para el gato, por ejemplo, haz una donde tengas estantes altos o perchas altas para observar sin sentirse amenazado. Como dato curioso, los mininos se sienten seguros cuando pueden escapar a una altura.
En cuanto al perro, basta una cama cómoda o una jaula donde se sienta seguro.
- Supervisa el comportamiento
Las primeras veces, tienes que estar presente para ver si hay signos de estrés o agresión como gruñidos, bufidos o hace las orejas para atrás o cola rígida.
Si detectas estos signos, separarlos y permite que se calmen antes de intentar otra interacción. Recuerda que no debes apresurar el proceso, pues cada animal tiene su propio ritmo de adaptación.
Un perro o un gato activo física y mentalmente ayudará a que estén ocupados y menos enfocados a crear conflictos.
Al perro, enséñale comandos como “sentado” o “quiero”. Esto ayudará a controlarlo durante sus interacciones con el gato.
Al gato, dale juguetes que lo mantengan mentalmente estimulado y menos centrado en el perro.
Recuerda que este es un ejercicio de paciencia, calma y entendimiento.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.