Tanto perros como gatos siempre buscan un poco de la comida de nuestros platos, aunque sepan que no les vamos a dar, siempre buscan colarse a la cocina, a los botes de basura, al refrigerador. Sabemos que no siempre es posible evitar a toda costa que tengan contacto con los alimentos, pero aquí te dejamos los 5 alimentos que definitivamente nunca debes darle a tus mininos. Empezamos de menor al increíblemente más peligroso.
5) La comida para perros no contiene los nutrientes necesarios para los gatos
No es de extrañar que exista una comida específica para gatos y otra para perros. Como son animales de especies diferentes, las comidas están formuladas para satisfacer las necesidades nutricionales de cada uno. La taurina para los gatos, por ejemplo, es un nutriente esencial para el funcionamiento de los órganos de los felinos. Sin embargo, como el organismo de los felinos no puede producir este aminoácido, todas las comidas para gatos contienen taurina en su composición, pero las comidas para perros no.
Pero las consecuencias de que un gato coma comida para perros no terminan ahí. Si el felino come de vez en cuando, no le hará daño. El gran problema radica en la constancia de la ingesta. Si el felino deja de comer una comida específica para su especie, presentará deficiencia nutricional. La falta de taurina en la alimentación felina puede dejar al gato ciego y provocar problemas cardíacos, como la cardiomiopatía dilatada en gatos.
4) El pan puede causar problemas digestivos en el gato
El pan es un alimento que no ofrece ningún beneficio para la especie y no debe incluirse en la alimentación del gato. Además de contribuir a la obesidad felina, incluso un pedacito de pan puede provocar problemas gastrointestinales como diarrea, gases y dolores abdominales. Esto se debe a que los gatos no pueden digerir completamente el gluten, el carbohidrato presente en este alimento, por lo que debe evitarse a toda costa.
3) Los huesos representan un riesgo de perforar los órganos de los gatos
Independientemente del tipo de hueso, los dueños no deben ofrecer este alimento a los gatos (ni a los perros). Aunque el aroma de la carne o el pollo sea uno de los olores que les encantan a los gatos, hay que recordar que los huesos pueden causar graves lesiones internas al felino. Esto se debe a que las astillas de hueso mal masticadas pueden perforar los órganos e incluso causar hemorragias internas. Además, un trozo mal masticado puede hacer que el gato se atragante y cause asfixia.
2) El atún en lata está lleno de conservantes perjudiciales para la salud felina
El atún en lata es un alimento muy rico en proteínas y es muy recomendado para los humanos. Pero, ¿puede un gato comer atún en lata? ¡La respuesta es no! El atún en lata contiene conservantes, sodio y mercurio en su composición, que pueden irritar el sistema digestivo del gato y causar molestias gastrointestinales. Además, el exceso de sodio puede causar problemas renales al gato, mientras que el mercurio puede provocar problemas neurológicos.
Sin embargo, hay que recordar que el atún es uno de los alimentos que los gatos pueden comer, siempre y cuando sea fresco. El atún es uno de los pescados muy beneficiosos para la salud de los gatos, ya que es rico en omega-3 y proteínas. Sin embargo, debe ofrecerse fresco y comprarse en un lugar de confianza para garantizar la salud y el bienestar de la mascota.
1) La salchicha puede causar mucho daño al organismo del gato
Aunque la salchicha sea un alimento proteico, no debe incluirse en la alimentación del felino. Las salchichas contienen una serie de aditivos químicos en su composición, como aromatizantes y estabilizantes, y mucha grasa. Además, pueden contener alimentos tóxicos para los gatos, como cebolla y ajo, y causar graves problemas en el organismo felino. Por ejemplo, la cebolla destruye las células de defensa del cuerpo del animal y puede causar síntomas como apatía, taquicardia y respiración acelerada. Por otro lado, el ajo puede causar anemia en los gatos. Lo mismo se aplica para otros alimentos embutidos, como el salami.