Acariciar a nuestros mininos es muy importante, y no solo por el hecho de consentirlos, sino porque podríamos detectar algún problema de la piel, como pulgas, caspa, costras de heridas o verrugas, que estas últimas aunque son poco comunes, es relevante descartar si representan o no un peligro en la salud de nuestros gatos.
Así como a nosotros los humanos pueden aparecernos las verrugas, a los gatos también se les pueden presentar estas protuberancias benignas que se relacionan con el papilomavirus (papilomavirus felino, PVF) felino que, como su mismo nombre lo índica, es específico de esta especie; pese a ello aún existen probabilidades de llegar a desarrollar tumores malignos como carcinoma.
Causas de verrugas en gatos
La causa principal de las verrugas es el papilomavirus felino o PVF por sus siglas, pero no es la única. Este virus se transmite directamente al contacto con zonas húmedas, abiertas, heridas, arañazos o mordeduras profundas. También por elementos como juguetes, comida y el agua de un gato infectado, aunque es difícil saber quién sí lo está y quién no porque no muestra sintomatología alguna.
La forma en la que actúa este virus es infectando células mediante abrasiones o lesiones de la piel que son, inicialmente, las basales del estrato germinativo, lo que produce una hiperplasia y un retraso en la maduración de las del estrato espinoso y granuloso, donde se realiza la síntesis de proteínas del virus hasta infectar el epitelio escamoso estratificado de la piel. Una vez que el virus se encuentre en el organismo del gato, comienza a atacar a células sanas para alterar su funcionamiento normal, lo que hace que se dividan con mayor rapidez, además de activar genes que promueven el crecimiento de células cancerígenas y otras células, así como desactiva genes que controlan o impiden la propagación de estas células. Es por esta razón por la que el virus puede desencadenar tumores malignos en algunos gatos vulnerables.
Tipos de verrugas
Una verruga no se verá igual en todos los casos, pero podemos identificarlas por ser protuberancias que sobresalen de la dermis; llegan a tener formas y consistencias variables, pero las más frecuentes son de forma ovalada, esférica y plana.
De acuerdo con un estudio retrospectivo de neoplasias diagnosticadas por histopatología de caninos en la Universidad de La Salle de Bogotá y el Manual ilustrado de enfermedades de la piel en perro y gato, las verrugas se presentan en los siguientes tipos:
- Verrugas orales: lesiones presentadas en la boca que se producen en la etapa 1 del PVF. Tienen forma de racimo de uvas en la cara inferior de la lengua.
- Verrugas en forma de placas virales: estas verrugas son presentadas en gatos recién nacidos por contagio de su madre, suelen aparecer en la cabeza y cuello como lesiones de la piel sin pelo y de menos de un centímetro de diámetro. Se producen por el PVF tipo dos.
- Carcinoma de Bowenoide: es causado por el papilomavirus de tipo 2, produce lesiones grandes, cubiertas de escamas gruesas y ulceradas. En este tipo, como en la anterior, puede darse una remisión espontánea o que las lesiones se estabilicen.
- Verrugas que derivan en carcinoma de células escamosas: más frecuente en los gatos de razas sphynx o devon rex, son ocasionadas por el papilomavirus de tipo 2 y en áreas como la cara y las orejas. Es un tumor maligno que se extiende localmente por estas zonas, donde va volviendo rojiza la piel, formando úlceras y costras que pueden sangrar. En algunos gatos este tumor puede producir metástasis a nódulos linfáticos o los pulmones.
Tratamiento para las verrugas
Las verrugas solo necesitan tratamiento cuando derivan en tumores malignos, de esta forma se evita que se propague a otras partes del cuerpo, aunque generalmente estas lesiones desaparecen por sí solas cuando el sistema inmune felino puede controlarlo.
Para asignar un tratamiento al gato se necesita realizar una biopsia y pruebas de inmunohistoquímica y la microscopía electrónica para observar partículas virales en los queratinocitos. El tratamiento recomendado para algunos casos es eliminarlas mediante criocirugía o cirugía ordinaria. Sin embargo, si la cirugía no es viable por edad, enfermedad o inmunodepresión, se puede probar la terapia con el fármaco imiquimod.
No obstante, te recordamos que la decisión deberás tomarla con la información proporcionada por tu veterinario, así como la probabilidad de mejora con cada tratamiento, pues es quien más conoce a tu felino y sabrá actuar adecuadamente.