En lo alto de las montañas más famosas de América del Sur se encuentra un bonito, sigiloso y particular felino. Este gato es reservado, esquivo, letal, silencioso y mucho más misterioso que todos los demás. En la vida son muy pocas las personas que han tenido la suerte de verlo en vivo; es casi una leyenda y por ello se le conoce como 'El fantasma de Los Andes'.
El Lopardus jacobita, mejor conocido como gato andino, es un felino nativo de América del Sur, más específicamente de las regiones montañosas de los Andes entre Chile, Argentina, Bolivia y Perú.
Otros de los factores que dificultan aún más su avistamiento es que habita en zonas áridas con escasa vegetación y muchas zonas rocosas que podrían estar cercanas fuentes de agua. Como es bien sabido, los gatos son expertos en esconderse en cualquier ambiente, pero los andinos pasan desapercibidos todavía más por su pelaje grisáceo-marrón. Aspectos que lo vuelven enigmático a los ojos de cualquiera, lo cierto es que también es considerado un felino sagrado como parte de la cultura.
La divinidad de los gatos en Latinoamérica
A lo largo de la historia, el gato andino se consideró - muy específicamente- como el gato sagrado de Los Andes. Representa un símbolo de fertilidad y producción, además de estar íntimamente relacionado con los espíritus de las montañas. Actualmente, existen pueblos nativos de Los Andes que coexisten con el gato y lo relacionan con la fertilidad, abundancia y producción agrícola.
Si pocos lo han visto, ¿cómo lo conocen?
La Universidad Nacional del Sur de Argentina reunió a un equipo, de más de 30 especialistas, en el 2000 para poder documentar al gato andino para poder ayudar a evitar su extinción. Antes de que se concretara dicho proyecto, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), catalogó al gato andino como parte de su lista roja de animales en peligro de extinción. Para evitar que el daño creciera, los investigadores colocaron trampas fotográficas para registrar su dieta y comportamiento silvestre. Así se fundó la Alianza Gato Andino y se tienen registros de sus hábitos, características y riesgos a los que podría estar expuesto.
¿Cómo es este gato sagrado?
Este gato tiene un pelaje suave, esponjoso y denso que ayuda a que se proteja de su clima frío y seco en el que habita. Su pelo tiene un color café, grisáceo y rojizo muy variable (asemeja mucho al color de las rocas de Los Andes). Se estima que su longitud alcanza de los 73 a los 85 centímetros y lo acompaña una larga cola que puede medir de 41 a 48 cm. Suele pesar entre los 4 y 7 kilos.
En apariencia es un felino tierno y salvaje a la par, sus orejas son grandes y ligeramente redondeadas, tiene patas robustas, manchadas de color obscuro y con las plantas de color café. Estos michis salvajes son depredadores de dieta variada, pero su alimentación consiste en un 94% de roedores como chinchillas y vizcachas, el resto lo conforman los reptiles, aves, huevos de aves y mamíferos como conejos.
Sus hábitos reproductivos aún son un poco misteriosos, se estima que su periodo de reproducción se ubica entre los meses de julio y diciembre. Las hembras andinas son las únicas involucradas en la crianza de los cachorros, o al menos eso se presume. Cuando los cachorros alcanzan su etapa adulta, pueden desenvolverse en su ambiente natural y darle seguimiento a su ciclo de vida.
Por lo general, las hembras dan a luz a una sola cría, alcanzan su madurez sexual a los dos años, y su esperanza de vida en el hábitat salvaje es de 9 años aproximadamente. También descubrieron que su actividad principal es durante la noche.
Las amenazas que enfrenta el gato fantasma
- Degradación y pérdida de hábitat.
- Caza paliativa: conflicto entre ganado y carnívoros.
- Tenencia irresponsable de mascotas: perros depredadores y potencial transmisión de enfermedades.
De acuerdo con la categoría de conservación de la UICN, el gato andino se encuentra en el nivel de especie en peligro de extinción.
En la actualidad, el grupo de investigadores de Los Andes está luchando para preservar a la especie en reservas naturales. La más importante de ellas, donde se conserva una población gruesa de felinos silvestres, es el Parque Nacional Sajama, que se extiende por Bolivia y Chile. Solamente en estos espacios, explican los investigadores, se podrá analizar con más detalle a la especie, para así garantizar su persistencia en su entorno nativo.