¡Nos encantan los gatos pachones y peludos! Suelen tener este tipo de encanto que los vuelve enternecedores, sin embargo, como cuidadores de gatos sabemos que el exceso de esponjosidad podría ser indicador de otra cosa: un embarazo felino. Seguro más de una vez te has preguntado, ¿cómo saber si mi gata está embarazada?, en Patas en Casa te traemos la respuesta.
Si tu gata no está esterilizada, es muy probable que acabe embarazada, debido a que las gatas se consideran grandes animales reproductores, las hembras suelen tener muchos celos a lo largo del año, que suelen durar unos 10 días y se producen cada dos meses.
¿Cómo saber si mi gata está embarazada?
Algunos signos que pueden ayudarte a identificar si tu gata está embarazada o no:
- Mamas rosadas y más grandes;
- Crecimiento de un pelaje fino alrededor de las mamas;
- El abdomen empieza a crecer alrededor de las cuatro semanas de gestación: primero aumenta en la zona de detrás de las costillas y luego en el resto del cuerpo;
- Agrandamiento de la vulva;
- Mayor necesidad de cariño;
- Necesidad de estar cerca de sus tutores;
- La gata se vuelve más asustadiza con otros animales, al fin y al cabo, ya está empezando a desarrollar el instinto de proteger a sus gatitos.
Si sospechas que tu gatita está preñada o embarazada, puedes confirmarlo con una ecografía que se realiza a partir de la tercera semana. Otra forma de estar seguro de si tu gata está preñada o no, según la veterinaria, es con un test de hormonas placentarias, que es el menos común. A partir de los 45 días de gestación, también es posible realizar una radiografía.
El embarazo de una gata, suele ser de dos meses, de 63 a 65 días.
Cuidados de una gata embarazada
Una gata embarazada —al igual que los humanos— requiere cuidados especiales. Lo primero de lo que deben preocuparse los cuidadores es de la alimentación: al principio del embarazo, sentirá más hambre de lo normal, por lo que necesita alimentarse bien para que los gatitos crezcan sanos. Conviene consultar con el veterinario un alimento adecuado para cubrir todas las necesidades nutricionales que requiere el embarazo; el médico también puede recomendar el uso de algunas vitaminas.
A medida que los gatitos se desarrollan, empiezan a comprimir el estómago de la gata. Como consecuencia, acaba comiendo menos. Durante este periodo, el veterinario puede recomendar cambiar de nuevo los snacks. Las gatas gestantes deben estar vacunadas de antemano y también haber recibido tratamiento antiparasitario y antipulgas. El entorno debe ser tranquilo y cómodo para la felina embarazada.