La barriga de tu gato puede decir muchas cosas sobre su alimentación o su salud. Es importante estar alerta porque aunque pareciera que tu gato tiene panza normal abultada no siempre es normal. Si notas un bulto en la panza de tu gato podría significar una de las siguientes opciones; absceso o hernia.
Mi gato tiene un bulto en su panza ¿Es peligroso?
Lo primero que deberás hacer es identificar el tipo de bulto que tiene; es blando o es firme. Personalmente, si detectas un bulto blando puedes soltar un buen suspiro porque no suelen ser malignos ni motivo de alarma. No obstante, lo mejor es consultar al veterinario para que te oriente y le dé un tratamiento adecuado.
Si tu gato tiene un bulto blando en su abdomen, puede ser provocado por una pelea con otro gato o un golpe en el jugueteo. El desarrollo de esta bolita puede desembocar en dos opciones; la primera es que solo sea un hematoma o una pequeña acumulación de sangre que terminará disipándose sola, y la segunda opción es que se desarrolle un absceso que acumula pus. El problema con el segundo escenario es que este absceso le provocará más complicaciones desde el dolor al tacto, pero acabará desarrollándose una gran infección de pus.
Abscesos en gatos
Un absceso en un gato es una inflamación que aparece cuando el organismo del minino lucha contra una infección bacteriana localizada. Se forma una especie de bolsa de pus, que consiste en bacterias y glóbulos blancos. La mayoría de las veces, los abscesos se asocian a una herida infectada o a un arañazo, y aparecen como un bulto bajo la piel o encías, pero estos últimos son menos frecuentes.
Aunque los abscesos pueden tratarse relativamente facil, en ocasiones pueden ser potencialmente mortales, sobre todo si son el resultado de una herida infligida por otro gato. ¿Por qué? Existen enfermedades infecciosas, como la leucemia felina, el virus de inmunodeficiencia felina (VIF) o la rabia, que se pueden transmitir a tu mascota por otro gato a través de mordeduras o rasguños.
Hernias en gatos
Una hernia es una protuberancia o bulto que se forma cuando una parte del cuerpo se desplaza de su posición normal y se introduce en otra zona. Las hernias de gatos, pueden ser adquiridas (mediante un golpe, cirugía, enfermedad o un esfuerzo extremo) o congénitas (de nacimiento). Estas protuberancias pueden ser reducibles; cuando el tejido vuelve a su lugar con un masaje suave, o irreducible manualmente que es cuando el tejido queda atrapado y no regresa a su sitio de forma manual.
La forma más fácil de detectar una hernia en tu gato es un bulto en la zona abdominal o inguinal (entre la zona genital), esa protuberancia varía de tamaño y forma según sea el nivel de la hernia; puede ser dura, blanda, movible, fija, dolorosa o no dolorosa. También puede verse diferente de acuerdo a la postura del gato o cómo se toque la protuberancia.
Otros síntomas que acompañan a las hernias en gatos
- Pérdida de apetito
- Vómitos
- Diarrea
- Estreñimiento
- Dificultad para orinar
- Sangre en las heces o en la orina
- Fiebre
- Letargo
- Depresión
- Irritabilidad
Cómo detectar bultos en el cuerpo de mi gato
No hay mejor herramienta que las caricias cuando se trata de los gatos. Es fundamental que todos los días revises el cuerpo de tu gato mediante las caricias con un poco más de tacto directo en su cuerpo para palpar protuberancias que antes no estaban ahí. Juega con él, acaricialo y distráelo con un juguete para que no le moleste el contacto con tu mano y no la quiera atacar.
Cualquiera que sea la forma del bulto, lo mejor es acudir al veterinario para que un especialista lo examine a profundidad y cualquier cosa de gravedad se pueda detectar a tiempo.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.