La tos en los gatos puede ser desconcertante para sus dueños, especialmente cuando no es algo común en el comportamiento habitual de estos felinos. Si has notado que tu gato tose, es importante entender las posibles causas detrás de este síntoma para determinar si requiere atención médica inmediata o si puede manejarse de manera preventiva.
Posibles causas de la tos en gatos
La tos en los gatos puede tener diversas causas, algunas más serias que otras. Entre las más comunes se encuentran:
Bolas de pelo: Al ser animales muy aseados, los gatos tienden a ingerir pelo mientras se lamen. En ocasiones, este pelo forma bolas que pueden irritar la garganta, provocando episodios de tos.
Alergias o irritantes ambientales: Los gatos, al igual que los humanos, pueden ser sensibles al polvo, al humo del cigarro, a productos de limpieza o incluso al polen, lo que ocasiona tos como respuesta al irritante.
Infecciones respiratorias: Enfermedades como la bronquitis o el asma felino pueden ser responsables de la tos. En estos casos, la tos suele ir acompañada de dificultad para respirar o sonidos inusuales al exhalar.
Parásitos internos: Algunos gusanos, como el gusano del corazón o los gusanos pulmonares, pueden alojarse en el sistema respiratorio del gato, causando una tos persistente.
De acuerdo con la doctora Claudia Márquez, veterinaria y especialista en salud felina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “es fundamental prestar atención a los episodios de tos en gatos, especialmente si se presentan de manera frecuente o están acompañados de otros síntomas como pérdida de peso, letargo o cambios en el apetito”.
¿Cuándo preocuparse por la tos de tu gato?
Aunque la tos ocasional puede no ser motivo de alarma, ciertos casos requieren atención inmediata. Si la tos es persistente, seca, con presencia de sangre o acompañada de dificultad para respirar, es imprescindible llevar a tu gato al veterinario. Además, si tu felino es joven o mayor, su sistema inmunológico puede ser más vulnerable, por lo que no debes ignorar ningún síntoma inusual.
Si notas que tu gato tose, evita automedicarlo o usar remedios caseros sin consultar a un veterinario. En su lugar, asegúrate de:
Mantener su entorno libre de polvo o productos químicos fuertes.
Vigilar su comportamiento y tomar nota de la frecuencia de la tos.
Acudir al veterinario para realizar estudios específicos, como radiografías o análisis de sangre, si la tos persiste.
La doctora Ana Beltrán, especialista en medicina interna felina, explica: “Los gatos son expertos en ocultar signos de enfermedad, por lo que siempre es mejor ser precavidos y consultar a un profesional si algo parece fuera de lo común”.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.