Es común que algunos perros reaccionen de manera negativa hacia ciertas personas, ya sea con ladridos, gruñidos o simplemente evitándolas. Aunque esto puede parecer un comportamiento extraño o inexplicable, la razón por la cual a un perro no le cae bien una persona específica se relaciona con factores como su instinto, experiencias pasadas, percepción del lenguaje corporal y la interpretación de señales olfativas.
Los perros son expertos en leer el lenguaje corporal humano. Detectan con facilidad la postura, el tono de voz y las expresiones faciales de las personas, lo que les permite interpretar si alguien representa una amenaza o no. Según la doctora Monique Udell, profesora de comportamiento animal en la Universidad Estatal de Oregón, “los perros responden de manera intuitiva a las señales no verbales, lo que incluye movimientos repentinos, contacto visual prolongado y gestos que ellos consideran intimidantes”.
Por ejemplo, si una persona se acerca con pasos rápidos, hace movimientos bruscos o mantiene una postura rígida, un perro podría percibir estas señales como signos de peligro, lo que desencadenaría una respuesta de alerta o rechazo. Por el contrario, individuos que se mueven de manera calmada y muestran un lenguaje corporal relajado tienden a ser mejor recibidos por la mayoría de los perros.
Asociaciones negativas de experiencias previas
Otro factor que influye en la aversión de un perro hacia ciertas personas es la asociación con experiencias negativas del pasado. Si un perro ha sido maltratado o asustado por una persona con características físicas o rasgos similares (por ejemplo, el mismo tipo de ropa, voz o incluso olor), es probable que muestre desconfianza o temor hacia cualquier persona que le recuerde ese evento traumático.
Esto se debe a la capacidad de los perros para crear asociaciones rápidas entre estímulos y eventos. La memoria canina es fuerte cuando se trata de situaciones estresantes o dolorosas, por lo que estas experiencias pueden afectar su comportamiento a largo plazo.
Los perros también tienen un sentido del olfato extremadamente desarrollado, el cual juegan un papel crucial en su percepción de los humanos. A través del olfato, un perro puede obtener información detallada sobre una persona, como su estado de ánimo, nivel de estrés e incluso si está enferma. Un estudio de la Universidad de Linköping, en Suecia, mostró que los perros pueden detectar cambios hormonales en los humanos, como el aumento de cortisol (la hormona del estrés), lo que podría explicar por qué un perro reacciona de manera negativa ante alguien que está nervioso o ansioso.
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Si una persona está intranquila o tiene miedo de los perros, su cuerpo libera ciertas feromonas y sustancias que los canes pueden detectar fácilmente. Esto hace que algunos perros interpreten el olor de esa persona como una señal de peligro o inestabilidad, lo que puede generar desconfianza o incluso agresividad.
Por último, la personalidad del perro también influye en sus preferencias hacia las personas. Al igual que los humanos, los perros tienen diferentes temperamentos. Mientras que algunos son sociables y abiertos a interactuar con extraños, otros son más reservados y selectivos. Si un perro es naturalmente más territorial o protector, es probable que muestre rechazo hacia individuos que considere una posible amenaza.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.