Si tienes un perro seguro te ha pasado: lo sacas a pasear, camina feliz, huele todo, pero cuando llega el momento de orinar o hacer popó, empieza su ritual. Da vueltas, huele con atención, se acomoda y hasta te mira fijamente. Parece exagerado para algo tan simple, pero en realidad, es más complejo de lo que parece.
¿Instinto o geolocalización?
Según la veterinaria y psicóloga canina Linda Michaels, los perros “giran antes de hacer sus necesidades, normalmente con la nariz pegada al suelo, porque así pueden encontrar el lugar perfecto”. En entrevista para Mel Magazine, Michaels señala algo aún más curioso: “Muchos animales son sensibles al campo geomagnético de la Tierra, y las investigaciones parecen indicar que los canes en concreto prefieren defecar con sus espaldas alineadas con el eje Norte-Sur”. Aunque no se sabe si lo hacen conscientemente, lo cierto es que ese extraño baile tiene base científica.

También es una cuestión social
Además del magnetismo terrestre, otro motivo por el cual tu perro elige con tanto cuidado el lugar para hacer sus necesidades tiene que ver con otros perros. Sí, como lo lees: lo hacen para ser vistos. A diferencia de nosotros, que buscamos privacidad, los perros están orgullosos de lo que dejan y quieren que su marca sea notada.
Dar vueltas también les ayuda a aplastar la hierba alrededor para que su “obra” se note más. Es su manera de decir “aquí estuve yo”, un acto de comunicación territorial.
¿Y por qué te mira?
Esa mirada intensa que te lanza mientras hace del baño puede parecer rara o hasta incómoda, pero tiene una explicación muy tierna. En ese momento están en una posición vulnerable, y al verte, buscan seguridad. Confían en ti y necesitan asegurarse de que todo está bien mientras hacen lo suyo.
No lo regañes, ¡mejor prémialo!
Si tu perro se tarda en encontrar el lugar ideal, ten paciencia. Linda Michaels recuerda que muchos de estos comportamientos también vienen del entrenamiento: “Los perros pueden ser muy exigentes con respecto a dónde van, pero si lo piensas bien, somos nosotros los que les enseñamos qué lugares son buenos y cuáles no”.
Así que la próxima vez, en lugar de enojarte, dale un premio cuando termine. Después de todo, no es cualquier cosa: para ellos, hacer pipí es todo un ritual.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.