El meloxicam es un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE) comúnmente utilizado tanto en humanos como en animales para tratar el dolor y la inflamación. Sin embargo, su uso en perros y humanos no es exactamente igual, ya que existen diferencias importantes en la dosificación, los efectos y las consideraciones para cada especie. Entender estas diferencias es crucial para garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento en los perros.
Uso y dosificación en perros
En el caso de los perros, el meloxicam se utiliza principalmente para aliviar el dolor asociado con la osteoartritis, así como para reducir la inflamación después de cirugías. La dosis para perros es mucho más baja que la que se administra en humanos, debido a la diferencia en el metabolismo y la sensibilidad a los efectos de los AINE. La doctora Adriana Gómez, especialista en farmacología veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que “la dosis de meloxicam para perros debe ser cuidadosamente ajustada por un veterinario, ya que una sobredosis podría llevar a efectos secundarios graves, como daño renal o úlceras gastrointestinales”.
Además, el meloxicam para uso veterinario se presenta en formulaciones específicas para perros, como suspensiones orales o tabletas, con concentraciones adecuadas para su peso corporal. Nunca se debe administrar el medicamento para humanos a un perro, ya que las concentraciones son distintas y pueden ser tóxicas para el animal.
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Aunque el mecanismo de acción del meloxicam es similar en perros y humanos, ya que inhibe la enzima ciclooxigenasa responsable de la inflamación, los perros pueden ser más sensibles a sus efectos. En los humanos, el meloxicam se utiliza para tratar condiciones crónicas como la artritis reumatoide o la osteoartritis con un riesgo relativamente bajo de efectos secundarios graves, siempre y cuando se sigan las dosis recomendadas. En cambio, en los perros, incluso pequeñas desviaciones en la dosificación pueden causar problemas.
El doctor Antonio Rodríguez, experto en medicina veterinaria de la Universidad de Barcelona, explica que “los perros pueden desarrollar efectos adversos como vómitos, diarrea, úlceras estomacales o problemas renales cuando se les administra meloxicam sin supervisión veterinaria”. Por este motivo, es esencial que cualquier tratamiento con este medicamento sea prescrito y monitoreado por un veterinario.
Para los perros que reciben meloxicam, es importante seguir las indicaciones del veterinario al pie de la letra y nunca prolongar el tratamiento sin su consentimiento. Los dueños de mascotas deben estar atentos a signos de posibles efectos adversos, como falta de apetito, letargo, vómitos o cambios en la orina, y comunicarse con el veterinario si estos síntomas ocurren.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.