Apostamos que todas o al menos la mayoría de las fotos que has visto de los gatos egipcios son de los clásicos color nude o algunos ejemplares color rosado con manchas grises, pero es poco probable que hayas visto a un gato egipcio completamente negro. Pues déjanos decirte que sí los hay y de muchos otros colores. Aquí te contamos el enigma del color de estos gatos y por qué son tan populares.
Los gatos egipcios también se les conoce como Sphynx o como gatos sin pelo, y es que es de las características que más lo identifican, la carencia de pelo o al menos es lo que parece. Sin embargo, sí tienen pelaje, aunque es una capa muy delgada y fina de este; es parecida a la piel del durazno y por eso no se percibe. Eso sí, no tienen bigotes ni pestañas, tienen los ojos hundidos y su cabeza tiene forma de pera.
Gato egipcio negro
Los gatos negros sphynx destacan sobre sus semejantes por la solidez que tiene en su piel. El perfil oscuro del gato es casi perfecto, destaca el puente de la nariz, el que está recubierto por un fino pelito. Los ojos son más alargados en la zona que va hacia las orejas y cualquier color de estos destaca por lo obscuro de la piel.
Estos gatos tienen un aspecto peculiar en sus orejas al ser bastante anchos, ligeramente rosadas y sin pelo en su interior. Los gatos sphynx negros son propensos a acumular ácaros en las orejas, por lo que es conveniente prevenirlo limpiándoles las orejas con frecuencia. Las patas del sphynx negro son largas, firmes y musculosas, sus almohadillas tienen en el mismo color de la suave pelusa que los recubre, su cola es dura, larga y se afina al final.
Características del gato egipcio
Este gato resalta visualmente sobre otros mininos, ya que su aparente carencia de pelo resalta su cuerpo corpulento, su pecho, sus abundantes pliegues y sus patas delgaditas y alargadas. También tienen una cola muy fina, cilíndrica y bastante dura al tacto, a diferencia del resto de su cuerpo suave. En cuanto a su rostro, tiene muchos pliegues que lo hacen parecer como si siempre estuviera enojado, aunque no lo esté.
A esa raza se le conoce como Sphynx y su característica principal es que carece de pelaje o al menos eso es lo que parece; ocurre que en realidad sí tienen pelo en una capa muy fina parecida a la piel de un durazno. Los gatos egipcios no tienen bigotes ni pestañas, tienen los ojos hundidos y su cabeza tiene una forma ovalada como de una pera.
La carencia de pelo resalta la musculatura y su gran pecho, sus patas son delgadas y alargadas, al igual que su cola estrecha y dura al tacto. Estos gatitos son suaves al tacto, al menos del cuerpo, tal como la piel de ante, no obstante, verás que la cantidad de pliegues que tienen en todo su cuerpo de pies a cabeza es lo suficientemente abundante como para darles un aspecto un poco gruñón.
¿Un gato sin pelo?
El gato egipcio es resultado de la mutación genética espontánea que se conoce del tipo recesivo y se dio en Canadá en los años 60. Esta mutación proliferó gracias a que unos científicos decidieron mantener la estructura y tipo para consolidar la primera raza de gato sin pelo.
Otra de las cualidades de este felino con piel de durazno es que no sufren de frío como todos creeríamos, se termo-regulan gracias a que tienen una temperatura corporal de hasta 4 grados mayores al resto de los gatos peludos.
El carácter de los gatos egipcios es muy tierno, son animales muy cariñosos y obedientes, incluso más cariñosos que otras razas, es por ello que son considerados muy amigables y aptos para convivir con niños pequeños y otros animales; ya sea en etapa adulta o desde cachorros. Son felinos activos, requieren de juegos que los ayuden a canalizar energía y hacer ejercicio para evitar la obesidad. Durante la temporada de celo necesitan mucha más actividad para evitar que entre en conflicto con otros felinos, se vuelven muy territoriales y vocales, por lo tanto, no olvides mimarlos en cada oportunidad que tengas si es que piensas adoptar uno.