Si quieres adoptar un segundo gato para que tu primero no se sienta solo, tienes que saber que tu michi podría no recibirlo con mucha emoción, pues sacará su lado territorial. Para que todo se dé de forma correcta, sigue estos consejos que en Patas en Casa tenemos.
- Preparar el terreno antes de la llegada
Antes de que el nuevo gato pise la casa, es fundamental asignar un espacio exclusivo con todo lo necesario: caja de arena, comida, agua y rascadores. De acuerdo con Experto Animal, los gatos necesitan sentirse seguros en un territorio propio para reducir el estrés.
Un gran aliado en este proceso son las feromonas sintéticas que ayudan a reducir la ansiedad y facilitan la adaptación.
Paso 2: La primera presentación
El primer contacto entre los gatos debe ser a través del olfato, no de la vista. Para lograrlo, intercambia mantas o juguetes entre ellos. Esto permite que se familiaricen con el olor del otro sin sentirse amenazados.
Otro técnica efectiva es frotar a cada gato con un paño limpio en la región de las mejillas (donde liberan feromonas) y luego colocar ese paño cerca del otro gato. Si reacciona de forma tranquila, refuérzalo con premios o caricias.

Paso 3: Permitir el contacto visual
Tras unos días de adaptación olfativa, permite que se vean a través de una puerta entreabierta o una red de seguridad. Observa su lenguaje corporal: si hay gruñidos o bufidos, no los fuerces. Si se muestran tranquilos, puedes premiarlos con comida para reforzar la asociación positiva.
Según estudios, los gatos que han tenido experiencias positivas con otros felinos tienen más probabilidades de convivir pacíficamente.
Paso 4: Intercambio de territorios
Pasados unos días, deja que el nuevo gato explore la casa mientras el gato residente permanece en la habitación del recién llegado. Esto ayuda a que ambos se acostumbren al olor del otro sin confrontaciones directas.
Paso 5: El primer encuentro sin barreras
Cuando los gatos ya se han olido, visto y no muestran signos de agresividad, es hora del primer encuentro libre. Lo ideal es que sea en un espacio amplio, con juguetes o premios cerca para distraerlos si es necesario.
Si hay tensión, sepáralos y vuelve a intentarlo más adelante. En caso de agresividad persistente, podría ser necesario consultar a un especialista en comportamiento felino.
El proceso de adaptación puede tardar desde unos días hasta varias semanas. Cada gato tiene su ritmo, y forzarlos puede generar problemas de convivencia. Recuerda: paciencia.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.