Todos nos hemos hecho esa pregunta. ¿Verdaderamente funciona el baño de lengua de los gatos? Seguro sí porque no tenemos que bañarlos cotidianamente, siempre lucen bellos, relucientes, tiernos y esponjosos. Pero cuál será la magia de este baño exprés; te contamos si de verdad quedan limpios los michitos.
Si alguna vez has sido tutor de un minino, sabes que una gran parte de su tiempo -cuando no duermen- están acicalándose como si no hubiera un mañana y verdaderamente parece que disfruta muchísimo hacerlo, desde las patitas hasta su cuello o los espacios que alcance a lamer. Es muy lindo y tierno, ¿pero sí quedarán limpios?
El acicalamiento es efectivo, pero no tanto
Resulta que lamer es un modo efectivo de higiene para los gatos. Sus dientes funcionan como una forma de manejar la suciedad persistente, mientras que sus lenguas, parecidas a papel de lija, humedecen y lamen eficientemente sus pelajes. Finalmente, las espinitas de su lengua también actúan como un cepillo para retirar el pelo extra.
Sin embargo, algunos felinos pueden llevar esto un poco demasiado lejos. Aunque lamerse los mantiene limpios, el exceso de este comportamiento puede traer consecuencias indeseables, como picazón severa, llagas abiertas e incluso pérdida de pelo, así que debes monitorearlo para que no se exceda de más.
¿Es suficiente un baño con su lengua?
Usualmente, los gatos no requieren -y la verdad es que no les gusta- la intervención humana cuando se trata de bañarse. Sin embargo, hay excepciones, especialmente si tu amigo peludo sale mucho al exterior y no es completamente *indoor*. Si tu gato accidentalmente pisa desechos de perro en la acera, por ejemplo, o le gusta rodar sobre su presa, revolcarse en la tierra, brincotear por un poco de lodo y muchas actividades todo terreno, definitivamente querrás intervenir y darle un baño.
En general los gatos son muy limpios e higiénicos, si tu gato es de interior no necesitará un aseo frecuente por lo que se recomienda cada mes y medio o cada dos meses. Pero como seguro adivinaste muy bien, la cantidad de tiempo entre baños depende de la raza, hábitos y contexto del gato.
Cómo bañar en seco a mi gato
- Elige el método de limpieza, espuma, aerosol, toallitas, bálsamo o líquidos. A excepción de las toallitas, procura emulsionar primero en la palma de tu mano antes de colocarlo en el pelaje del gato.
- Coloca una toalla en el área designada, coloca algún premio o algo del interés del gato para que repose en la toalla sin esfuerzo.
- Cuando el gato esté tranquilo, aplica el líquido, bálsamo o espuma que escogiste en las palmas de tus manos, frota y después coloca en el pelaje del gato como si lo acariciaras con normalidad.
- Si estás utilizando toallas húmedas, acaríciale con normalidad al mismo tiempo que lo acicalas. Procura ofrecerle un premio o un juguete para que se distraiga, incluso puedes ayudarte de aceites relajantes.
- En su defecto, si elegiste emplear talco, masajea suavemente, sobre todo a contrapelo.
- La parte compleja será cuando toques sus patitas, a muchos felinos no les agrada que se las toquen, así que deberás hacerlo poco a poco.
- Con un paño limpio retira el exceso de producto y después cepilla suavemente para eliminar el pelo muerto.
- El paso final está a cargo de tu gato, se lamerá de forma natural; por ello debes asegurarte que no sean ingredientes tóxicos para su salud.
- Después de cada baño -o justo en el proceso- puedes ofrecerle un premio, algún snack de carne seca, galletas o algún tipo de puré. También puedes ayudarte de frutas o verduras que le gusten a tu felino.
Recuerda que este tipo de rutinas pueden llegar a ser estresantes para tu felino, procura hacer el proceso más amable y llevadero para él, poco a poco puedes ir cambiando de limpiador y que se vaya familiarizando al baño con agua, pero si aun con estos consejos no mejora su nivel de aceptación, siempre puedes acudir al veterinario para que un profesional te ayude.
Por lo tanto, el baño de lengua en gatos, sí puede ser muy funcional, siempre y cuando consideres también su baño con agua cada que le toque.