El hipo en los perros es un fenómeno común, que generalmente no representa un riesgo para la salud del animal. Al igual que en los seres humanos, el hipo se produce debido a contracciones involuntarias del diafragma, el músculo principal de la respiración. Estas contracciones suelen ir acompañadas de un sonido característico, causado por el cierre repentino de las cuerdas vocales. En la mayoría de los casos, el hipo desaparece por sí solo en cuestión de minutos. Sin embargo, es importante conocer las posibles causas y cuándo podría ser motivo de preocupación.
El hipo en los perros puede surgir por diferentes razones, la mayoría de ellas inofensivas. Una causa común es la ingesta rápida de alimentos o agua, lo que provoca la entrada de aire al estómago y desencadena las contracciones del diafragma. Otra causa puede ser la excitación o el estrés, especialmente en cachorros, que son más propensos a experimentar hipo debido a su sistema nervioso inmaduro.
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Algunos estudios también han señalado que el hipo podría estar relacionado con cambios bruscos de temperatura, ya que los perros que pasan de un ambiente frío a uno cálido pueden desarrollar hipo temporalmente. De acuerdo con la doctora Ana Ríos, veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, "en los cachorros, el hipo es un fenómeno fisiológico normal, y rara vez indica un problema grave; en la mayoría de los casos, desaparece con el tiempo".
¿Cuándo preocuparse?
Aunque el hipo en perros generalmente no es motivo de preocupación, hay algunas señales que podrían indicar un problema subyacente. Si el hipo es persistente y dura más de una hora, o si va acompañado de otros síntomas, como tos, dificultad para respirar o letargo, es recomendable consultar a un veterinario. Según un estudio de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de California, el hipo persistente podría ser un síntoma de trastornos digestivos, enfermedades respiratorias o incluso afecciones cardíacas en casos raros.
Además, es importante prestar atención si el perro desarrolla hipo de forma recurrente sin una causa aparente. Podría ser un signo de irritación en el esófago o estómago, que requiere evaluación médica.
Para ayudar a un perro con hipo, se pueden implementar algunos métodos caseros. Por ejemplo, darle agua a sorbos o masajear suavemente su pecho pueden ayudar a relajar el diafragma y reducir las contracciones. Evitar que el perro coma o beba demasiado rápido también es una medida preventiva eficaz.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.