Los gatos, a pesar de su carácter independiente, pueden ser animales muy sensibles a los sonidos fuertes y desconocidos. Ruidos como fuegos artificiales, truenos, aspiradoras o incluso gritos pueden generarles miedo o ansiedad. Este temor, si no se aborda correctamente, puede afectar el bienestar de tu mascota. Aprender cómo ayudar a tu gato a manejar esta situación es clave para su tranquilidad y calidad de vida.
Por qué los ruidos asustan a los gatos
El oído de los gatos es extremadamente sensible. Pueden percibir frecuencias más altas que los humanos y reaccionar ante sonidos que apenas notamos. Según la doctora Ana Martínez, especialista en comportamiento felino de la Universidad Nacional Autónoma de México, “los gatos asocian los ruidos fuertes y repentinos con peligro, lo que activa su instinto de supervivencia y los hace buscar refugio”.
La falta de habituación a ciertos sonidos durante las etapas tempranas de vida también puede contribuir a este miedo. Los gatos que no han sido expuestos a ruidos cotidianos mientras son cachorros suelen ser más sensibles en la adultez.
Cuando los ruidos fuertes son inevitables, como en celebraciones con fuegos artificiales, es importante proporcionar a tu gato un espacio seguro. Este puede ser una habitación tranquila, con sus juguetes, una manta y su arenero. Asegúrate de que sea un lugar donde pueda esconderse y sentirse protegido.
Otra recomendación es mantener ventanas y puertas cerradas para reducir la intensidad del sonido. Puedes colocar música suave o utilizar un ruido blanco para minimizar el impacto de los ruidos externos.
Una estrategia efectiva es desensibilizar a tu gato a los ruidos que le generan miedo. Esto consiste en exponerlo de manera controlada y progresiva a esos sonidos, comenzando con un volumen bajo y aumentando gradualmente a medida que se acostumbra.
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La doctora Laura Pérez, experta en etología animal de la Universidad de Guadalajara, señala que “la desensibilización debe hacerse con paciencia y siempre asociando los sonidos con experiencias positivas, como recompensas o juegos”. Este proceso puede tomar tiempo, pero es una forma eficaz de reducir la ansiedad.
Es fundamental no obligar a tu gato a enfrentar los ruidos si no está listo. Forzarlo a salir de su escondite o someterlo directamente a sonidos fuertes puede empeorar su miedo. Permítele reaccionar a su ritmo y dale tiempo para calmarse.
Si el miedo de tu gato a los ruidos es extremo, consulta a un veterinario o especialista en comportamiento animal. En algunos casos, pueden recomendarse feromonas en difusores, que ayudan a reducir el estrés, o tratamientos más específicos dependiendo del nivel de ansiedad de tu gato.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.