Adaptar a un perro y a un gato a vivir juntos puede ser una tarea medianamente difícil. La rivalidad entre perros y gatos es tan histórica que incluso se ha convertido en un dicho popular. Sin embargo, en el día a día hay muchos tutores de mascotas que no pueden decidirse entre una especie u otra y comparten su amor con perros y gatos bajo el mismo techo. Lo bueno de algunos afortunados es que no tienen que elegir uno u otro y prefieren compartir su amor entre ambos. Para que no resulte imposible tener perros y gatos conviviendo en casa aplica estos consejos para volverlos mejores amigos.
Descubre cómo presentar a un perro y a un gato que vivirán juntos
¡Los cuidados comienzan desde la presentación de los animales! Si es posible, cuando adoptes un cachorro o un gato, asegúrate de que el primer contacto sea en un ambiente neutral, fuera de casa.
¿Ya tienes un perro en casa y adoptaste un gato? Sigue estos pasos para acercarlos:
Paso 1: Mantén al perro con correa al principio
Cuando el perro sea quien reciba al gato en casa, lo ideal es que siempre esté con correa durante los momentos de interacción con el felino, ya sea adulto o cachorro. De esta manera, puedes controlar hasta dónde va y también mostrar desaprobación si se comporta de manera incorrecta.
Paso 2: Cuidado con los juegos, que pueden ser demasiado bruscos para el gatito
Comienza colocando al gato y al perro en la misma habitación, pero a distancia para observar sus reacciones y ve acercándolos con el tiempo. Aunque tu perro sea tranquilo y juguetón, podría entusiasmarse demasiado y asustar al gato, así que limita su contacto a estos momentos supervisados durante los primeros días.
Paso 3: Permite que el recién llegado tenga un refugio seguro
Aparte de estos momentos, es bueno que el gato tenga una habitación separada para acostumbrarse solo a la nueva casa: a medida que se adapte, puedes permitirle explorar otras áreas de la casa. Incluso después de estar juntos en toda la casa, mantén algunos rincones donde solo el gato pueda esconderse en caso de desacuerdos. Puede ser una casita con una entrada solo para él, una repisa alta o un portón para perros que solo el gato pueda saltar para llegar al otro lado.
¿El gato llegó primero y el perro es el recién llegado? Sigue estos consejos para presentarlos:
Consejo 1: La libertad de escape para el gato es importante
Si la dinámica es al revés, con el gato como anfitrión, la presentación debe ser igual, con el perro con correa y el gato suelto. Así, si el gato quiere escapar y esconderse al principio, no se sentirá amenazado en su propio "hábitat".
Consejo 2: Asocia la llegada del nuevo animal con algo positivo
Siempre que intentes que ambos interactúen, ofrece golosinas o juguetes para que asocien el contacto con cosas positivas y se sientan menos amenazados con la presencia del otro.
Consejo 3: Dedica tiempo y cariño a ambos e invierte en momentos de calidad separados con cada uno
Es importante que la mascota más antigua en casa no se sienta excluida para que no se resienta con la nueva compañía. La atención y el cariño son muy valiosos; tanto para evitar esto como para que el perro recién llegado comience a sentirse como en casa. Para el gato, colocar los platitos de agua y comida en lugares altos, donde el perro no pueda alcanzar, también ayuda a señalar que, incluso con el nuevo integrante de la familia, no será dejado de lado por ti.
En estos momentos, es ideal que demuestres calma y tranquilidad para los animales: tus acciones también son observadas por ellos y afectan su comportamiento más de lo que imaginas.
¡Respeta la individualidad del perro y del gato: un lugar para cada uno y atención individual son importantes!
Aunque quieras hacer todo lo posible para fomentar la convivencia entre el perro y el gato, en este primer momento es importante recordar que son animales opuestos, con instintos completamente diferentes.
Por ejemplo: mientras que los perros responden bien —e incluso necesitan— a una rutina de alimentación establecida, con horarios fijos para comer todos los días, los gatos son más independientes y pueden necesitar que el plato de comida esté disponible durante períodos más largos o incluso todo el día. Si el perro es glotón y trata de atacar el plato de comida del amigo, será necesario colocarlo en un lugar inaccesible para el perro.
Otra forma de facilitar el proceso de adaptación es dedicar atención individual a cada uno de ellos en momentos separados, según la personalidad de cada animal. Algunos gatos no disfrutan de caricias constantes, pero se alegran si apareces con un juguete nuevo lleno de hierba gatera, por ejemplo. Con los perros, no dejes de lado los paseos diarios y los juegos que involucren más contacto físico. Siempre deja claro que la llegada de un nuevo animal no necesariamente cambiará la relación que tenías con el más antiguo.
Ten en cuenta la personalidad de tu animal más antiguo antes de recibir al gato o al perro.