El gato Tonquinés, conocido cariñosamente como Tonks, es una de las razas de gato más compañeras y dóciles que existen, yendo contra el pensamiento generalizado de que estos animales poseen un comportamiento más reservado e independiente. Relativamente raros, los Tonquineses son muy apegados a los dueños y, por tener una personalidad tranquila, son una opción estupenda de gato para niños. Por ser muy energéticos, les encanta jugar y llamar la atención de sus tutores. Para presentarte más sobre esta raza poco conocida, Patas de la Casa preparó una guía con toda la información sobre su origen, personalidad y cuidados.
¿Cuál es el origen del gato Tonquinés?
Según la historia, el Tonks surgió en Canadá alrededor de 1930, a partir de un programa de creación planeada que implicó el cruce de una de las razas más conocidas en el Mundo, el gato Siamés, con el gato Birmano, con el objetivo de unir las mejores características atribuidas a las dos razas.
Las primeras especies llegaron a conocerse como siameses dorados, ya que su apariencia era muy parecida a la de una “mezclita” de Siamés, a no ser por su pelo medio anaranjado. Por este motivo, muchos terminan prefiriendo los puro sangre. En 1960, cuando se realizaron nuevas experiencias de cruces, se destacaron nuevas características, como los ojos. Con eso, el gato Tonquinés fue oficialmente aceptado por el Canadian Cat Association (CCA).
Tonquinés: los ojos grandes y almendrados son particularidades de la raza
Considerados de porte medio, los Tonks tienen una altura media de 28 cm y pueden llegar a pesar 6kg. De cuerpo elegante y musculoso, su pelaje es bajo, sedoso y con una coloración degradé, que puede variar entre gris, dorado, beige y blanco, con extremidades marrones. Una característica física que destaca la raza es su cabeza triangular y su hocico largo, nada común en los gatos. Presentan también patas largas y finas, que le conceden un aspecto esbelto y gracioso.
¿Cómo es el comportamiento del gato Tonquinés?
Otro aspecto que distingue este atrayente y exótico bichito es su personalidad. Diferente del gato Siamés, conocido por ser bastante independiente, al gato Tonquinés no le gusta estar solo por mucho tiempo. Por eso, por necesitar atención constante, no se recomiendan para personas que pasan poco tiempo en casa.
Se lo considera sumamente amoroso y apegado a su dueño. Son ideales para las familias que buscan un gato activo, que le gusta jugar, y que quieran un bichito dócil y cariñoso. Son gatos inteligentes que crean relaciones profundas con aquellos que dedican su tiempo, así como el Birmano y el Siamés.
Cuidados con la salud del gato Tonquinés
Como no todo son flores, el gato Tonquinés no sólo heredó la belleza del Siamés sino también la propensión a enfermedades típicas de la raza. Las enfermedades respiratorias y los cálculos renales son ejemplos de problemas comunes que afectan la salud de estos gatos.
Por ser muy apegado a su dueño, este bichito necesita atención especial para no desarrollar enfermedades como la depresión y la ansiedad. Por eso, no lo dejes mucho tiempo solo e invierte en juguetes interactivos para gatos.
Esta raza se considera muy saludable y puede vivir entre 15 y 18 años. Por eso, es muy importante mantener las consultas de rutina en día, así como el carné de vacunas para gatos.