Recientemente, un estudio realizado por el Centro de Investigación en Salud Mental de Queensland, en Australia, fue polémica en las redes sociales. El estudio, titulado ‘Posesión de gatos, trastornos relacionados con la esquizofrenia y experiencias psicóticas’, asocia que tener gatos aumenta las posibilidades de desarrollo de esquizofrenia debido a la relación con la toxoplasmosis. Según los investigadores, tener un gato duplica el riesgo de tener el disturbio psiquiátrico — pero, en verdad, no es así.
La relación entre los gatos y la esquizofrenia que presenta el estudio parte del presupuesto que todos los felinos son portadores de la toxoplasmosis y no es verdad. El período de trasmisión en portadores de la enfermedad, inclusive, es muy corto y es necesario que haya contacto directo de la persona con las heces del animal. A continuación, mira algunas informaciones importantes sobre este asunto.
Entiende la relación entre gatos, la toxoplasmosis y la esquizofrenia que señala el estudio australiano
La idea de que los gatos podrían causar esquizofrenia viene de la relación de estos animales con la toxoplasmosis. ¿Pero qué es la toxoplasmosis? Conocida como la “enfermedad de gato”, la toxoplasmosis es causada por un protozoario llamado Toxoplasma gondii que tienen los felinos como huéspedes definitivos. O sea, el protozoario se reproduce en el tracto intestinal de estos animales y después, por medio de las heces de gato, puede contaminar el ambiente.
Cuando la enfermedad se transmite a los humanos, el Toxoplasma gondii puede infiltrarse con cierta facilidad en el sistema nervioso central de los pacientes (principalmente de los más jóvenes). Como consecuencia, según el estudio, esto influiría en los neurotransmisores y podría estar asociado al surgimiento de síntomas psicóticos y disturbios neurológicos, como la esquizofrenia.
Sin embargo, la mera convivencia con los gatos no va a transmitir la toxoplasmosis. La principal forma de contaminación de la enfermedad entre los humanos, generalmente, es por medio del agua y alimentos contaminados. Para quien es dueño de gato, también es importante tener un cuidado especial a la hora de tocar la caja de arena del bichito, ya que el parásito también puede ser transmitido por el contacto inadecuado con las heces de la mascota.
¿Cómo se hizo el estudio y por qué no debe considerarse?
La investigación en cuestión hizo un análisis de 17 estudios publicados entre el 1 de enero de 1980 y el 30 de mayo de 2023 de 11 países diferentes para llegar a tales resultados. Sin embargo, como afirmaron los propios investigadores, 15 de los 17 estudios que sirvieron de base eran de baja calidad y no consiguieron comprobar causa y efecto.
Esto quiere decir que los resultados fueron inconsistentes y, como ellos mismos señalan en la conclusión, es necesario hacer estudios de alta calidad. Por lo que es un poco irresponsable afirmar que los gatos aumentan la probabilidad de disturbios neurológicos en los dueños.
Sobre lo ocurrido, el Consejo Regional de Medicina Veterinaria de RJ (CRMV-RJ) divulgó una nota refutando el estudio:
“[...] es importante destacar que la divulgación de tales informaciones sin el debido respaldo de profesionales de la Medicina Veterinaria puede generar un sensacionalismo exacerbado, alimentar prejuicios contra los gatos y promover una discusión improductiva con consecuencias destructivas incalculables.
El CRMV-RJ resalta la importancia de considerar un abordaje equilibrado y consultas a especialistas del área médica veterinaria al tratar cuestiones relacionadas con la salud animal. El cuidado con los gatos, incluyendo la prevención de parásitos como el Toxoplasma gondii, es de responsabilidad compartida entre los responsables y los profesionales de la salud.”
¿Así que los gatos no provocan esquizofrenia?
Otro estudio titulado 'La curiosidad mató al gato: ninguna evidencia de asociación entre la posesión de gatos y los síntomas psicóticos a los 13 y 18 años en una cohorte de la población general del Reino Unido' y conducido por la University College London, en Inglaterra, alega que tener un gato durante el embarazo e infancia no contribuye al desarrollo de síntomas psicóticos ni disturbios mentales. Esta vez, hay una base científica: el estudio en cuestión analizó a casi 5 mil personas nacidas entre 1991 y 1992 que siguieron de cerca hasta los 18 años.
Los investigadores levantaron datos que consideraban si la familia tenía gatos durante el embarazo de la mamá y el crecimiento de los hijos. Aunque no hubiera datos sobre la posibilidad de un gato con toxoplasmosis durante el embarazo y/o infancia de los niños, los resultados sugieren que, si bien el parásito causa problemas psiquiátricos, el tener gatos en casa no aumenta significativamente la exposición.
Además, en la propia nota emitida por el CRMV-RJ, aparece el respaldo del veterinario Carlos Wilson Gomes Lopes, profesor de la Universidad Federal Rural de Rio de Janeiro (UFRRJ), sobre cómo sucede la real transmisión de la toxoplasmosis en humanos: “Comer verduras contaminadas con heces de gato; beber agua de la que no se sabe la procedencia; comer carne o vísceras crudas, principalmente las que no fueron congeladas, lo que atenúa la infección; beber leche in natura; y refregar las manos en animales que se hayan refregado en área arenosa donde los gatos hayan defecado anteriormente.”
O sea, la mera convivencia con un felino no conlleva a la contaminación de la toxoplasmosis y sí, los cuidados con la alimentación y manipulación de animales y/u objetos contaminados.
¿Cuáles son los síntomas de la toxoplasmosis y cómo prevenir la enfermedad?
Primero, es importante tener en mente que no todos los gatos tienen o transmiten la toxoplasmosis. Incluso, es raro que aparezcan síntomas en las mascotas, ya que la enfermedad no suele desarrollarse en el animal. Además, la contaminación no perdura por mucho tiempo: cuando hay un gato contaminado, puede eliminar el parásito en las heces una única vez durante el período de 1 a 3 semanas. Estas heces sólo se vuelven infectantes en los primeros cinco días que están en el ambiente y si se ingieren.
Los síntomas de la toxoplasmosis en humanos generalmente son leves y semejantes a una gripe, con fiebre, dolor muscular e incomodidad en la garganta. Algunas sugerencias de prevención para los felinos es nunca darle carne cruda para gatos, apostar a la crianza indoor y hacer consultas periódicas con el veterinario. Para los humanos, es bueno evitar comer carne cruda o poco cocida, siempre beber agua filtrada, lavar las legumbres y verduras e higienizarse las manos después de tocar tierra o limpiar la caja de arena (y, de ser posible, usar guantes).
