Tener una mascota en casa va mucho más allá de los momentos de diversión y los intercambios de afecto. Cuidar de un gatito también significa saber identificar cuándo le pasa algo. Entre las enfermedades más comunes – y graves – que pueden afectar al gatito están el VIF, el VLF y el PIF felino. Además, la toxoplasmosis (o enfermedad del gato), la clamidiosis y la insuficiencia renal crónica en gatos también requieren atención, ya que pueden tener graves consecuencias si no se tratan o controlan adecuadamente. Para ayudarte a reconocer los síntomas, hemos recopilado la información principal sobre cada una de estas enfermedades de los gatos domésticos. ¡Echa un vistazo!
1) Toxoplasmosis, la “enfermedad de los gatos”
La toxoplasmosis felina – también conocida como enfermedad de los gatos – recibe un nombre un tanto engañoso. Aunque los gatos son los huéspedes definitivos del Toxoplasma gondii, el protozoo que causa la enfermedad, no puede decirse que ésta sea una de las enfermedades transmitidas por los gatos. En realidad, los gatos sólo sirven de reservorio para que el protozoo se reproduzca, pero no transmiten la enfermedad directamente. Para infectarse, los gatos necesitan comer carne cruda o poco hecha de un animal infectado, y Toxoplasma gondii tarda unos 15 días en reproducirse.
La toxoplasmosis no presenta síntomas claros al principio y a veces es asintomática, pero en la fase más avanzada es posible notar algunos signos clínicos, tales como:
- Vómitos de gato
- Diarrea
- Fiebre
- Dificultad para respirar
- Anorexia
- Tos
- Dolor muscular
Prevención de la toxoplasmosis
Para prevenir la toxoplasmosis, lo más importante es la alimentación del animal. No se debe dar a los gatos alimentos crudos o poco cocinados. Lo ideal es mantener una dieta equilibrada y sana, con alimentos de buena calidad y snacks adecuados para el organismo de la mascota. También es importante evitar que el instinto cazador del gato hable más alto e intente capturar animales que puedan estar contaminados, como roedores, pájaros y otros animales.
2) VIF felino
El VIF felino – conocido como SIDA en gatos – es una enfermedad muy complicada. Está causada por el virus de la inmunodeficiencia felina y requiere atención porque afecta directamente al sistema inmunitario de los mininos. La enfermedad tiene tres fases diferentes y, a excepción de la segunda (que es asintomática), cada una tiene síntomas específicos.
En la primera fase, el gato enfermo presenta:
- Fiebre
- Aumento del tamaño de los ganglios linfáticos
- Anorexia
Cuando el VIF felino alcanza la fase final, los riesgos de muerte son grandes y pueden observarse algunos síntomas de la infección en los gatos, como por ejemplo:
- Lesiones cutáneas
- Sepsis, que es una infección generalizada
- Enfermedades secundarias, que pueden afectar a las encías, la boca, el tracto digestivo, el tracto urinario y la piel
Sin embargo, con los cuidados adecuados, es posible ofrecer más calidad de vida a tu amigo de cuatro patas y evitar que llegue a la fase crónica del VIF felino. Para ello, es necesario acudir al veterinario cada 6 meses para evaluar el estado de salud del gato y la posible evolución de la enfermedad felina.
Prevención
Lo más importante para prevenir el VIF felino es esterilizar al gato. Así se evitan posibles escapadas de casa y, por consiguiente, el contacto con otros animales de la calle, ya que se trata de una enfermedad transmitida por un gato infectado. También es importante colocar mosquiteras protectoras en ventanas, balcones y patios traseros.
3) FeLV felino
El FeLV se conoce como leucemia felina y es muy similar a la enfermedad que afecta a los humanos. Está causada por un retrovirus y puede desencadenar varios problemas en el organismo del animal. Para infectarse, el gato debe tener contacto directo con otro felino infectado. Este contacto incluye compartir macetas, cajas, juguetes, saliva e incluso mordiscos y arañazos. En esta enfermedad felina, los síntomas más comunes son:
- Anemia
- Fiebre
- Pérdida de peso del gato
- Disfunción de las encías
- Cambios de comportamiento (como un gato desanimado)
Prevención
Como se trata de una enfermedad muy contagiosa que no tiene cura, lo mejor es tomar algunas medidas para prevenir el FeLV felino. Existe una vacuna para gatos contra la enfermedad, pero es necesario hacer una prueba rápida para asegurarse de que el animal no tiene el virus antes de la vacunación. Otras medidas que se pueden tomar son esterilizar al gato y preferir la cría en interiores.
legendas das imagens (pie de foto): De las enfermedades comunes en los gatos, la insuficiencia renal se nota por la sed excesiva
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4) PIF felina
Entre las enfermedades infecciosas, los gatos necesitan especial atención con la PIF felina, o Peritonitis Infecciosa Felina. Y es que, aunque no tiene cura ni tratamiento específico, el diagnóstico realizado por un veterinario puede ayudar – ¡y mucho! – a controlar los signos clínicos de la enfermedad. La PIF felina está causada por un microorganismo de la familia de los coronavirus y puede manifestarse de forma seca o efusiva.
Se transmite por contacto con objetos, heces y ambientes contaminados, y también puede desarrollarse cuando se produce una mutación en el coronavirus entérico (un virus que vive de forma natural en el intestino felino). Se trata de una de las enfermedades comunes en los gatos que tienen la inmunidad comprometida, y los síntomas más recurrentes son:
- Pérdida de peso del gato
- Agrandamiento del abdomen
- Dificultad para respirar
- Fiebre
- Debilidad
Prevención
La PIF en gatos, al igual que el VIF y el VLF, se produce cuando hay contacto directo con animales y entornos contaminados. Por lo tanto, para no arriesgarse a tener un gato enfermo hay que evitar este contacto. El virus que causa la PIF felina puede estar presente en varios gatos que no manifiestan la enfermedad, por eso es tan difícil saber si el gato ha tenido contacto con una mascota infectada o no. La castración y la cría en interiores son las mejores opciones.
5) Clamidiosis felina
Causada por una bacteria, la clamidiosis felina es una infección que afecta al principio a los ojos de los animales. Sin embargo, a diferencia de la conjuntivitis, la clamidiosis también presenta otros síntomas asociados que pueden llevar a algunos propietarios a pensar que el gatito tiene gripe, pero se trata de clamidiosis. Por ello, debe evitarse la automedicación y la recomendación es llevar al animal a una consulta veterinaria. Los signos clínicos típicos de esta enfermedad felina son:
- Ojo de gato rojizo e hinchado
- Infección respiratoria
- Secreción nasal
- Estornudos
- Tos
Prevención
Existe una vacuna para gatos que puede proteger frente a la clamidiosis felina, que es la cuádruple felina. Contiene el antígeno de la enfermedad y es una de las vacunas obligatorias para los gatitos (sobre todo porque ésta es una de las enfermedades comunes en los gatitos no vacunados). Aliado a esto, una buena forma de evitar el contagio es limitar el contacto de tu gato a ambientes conocidos y limpios.
6) Insuficiencia renal en gatos
La insuficiencia renal en gatos es otro problema importante que puede alterar la vida de los gatitos. Esta enfermedad puede afectar al felino en cualquier etapa de su vida, aunque es más frecuente en animales de edad avanzada. Por ello, es importante prestar atención a cualquier signo inusual que pueda indicar la enfermedad en el gato, para poder realizar el diagnóstico e iniciar el control de la enfermedad. Los síntomas que suelen indicar la patología son:
- Producción excesiva de orina
- Sed e ingesta excesiva de agua
- Vómitos
- Pérdida de peso del gato
Prevención
Es posible prevenir la insuficiencia renal en los gatos. Animar a tu gato a beber más agua es una buena forma de prevenir la enfermedad. Para ello, un gran consejo es comprar fuentes de agua para los animales o incluso ofrecer a los gatos frutas que contengan mucho líquido en su composición, como la sandía. Los alimentos húmedos también contribuyen en gran medida a la hidratación de las mascotas, ya que tienen una alta concentración de agua.
Síntomas comunes a distintas enfermedades de los gatos
“Mi gato ha perdido peso de repente” y “¿Qué hacer con un gato débil?” son consultas típicas de un tutor preocupado por la salud de su mascota, pero suelen ir acompañadas de una enorme lista de enfermedades. Un gato enfermo – es decir, un gato enfermo y débil – puede presentar una serie de síntomas que pueden indicar desde un simple virus felino hasta algo más grave, como las enfermedades mencionadas anteriormente.
Si nota que tu gato está enfurruñado, que no se siente bien para las tareas rutinarias o con síntomas más específicos, como un gato con debilidad en las patas traseras, presta más atención a tu mascota y busca ayuda veterinaria. A continuación, una lista de síntomas que pueden afectar a tu mascota:
Gato con debilidad en las patas – Este signo suele indicar diversas situaciones, como infecciones de oído, traumatismos y problemas articulares o de columna.
Gato paralizado – En el caso de un gato que ya no puede mover las patas, la parálisis puede ser momentánea o permanente. Dependerá de las causas, que deben ser evaluadas por un especialista.
Gato somnoliento – Los gatos duermen mucho de forma natural, pero cuando esto supera las 15 horas diarias, conviene vigilarlo. La somnolencia excesiva puede indicar dolor, fiebre y la presencia de diversas enfermedades, como un virus felino.
Gato muy delgado y débil – La pérdida excesiva de peso, que puede hacer que el gato se sienta débil y anoréxico, es un síntoma asociado a varias enfermedades. La diabetes en gatos, el hipertiroidismo, la insuficiencia renal e incluso los tumores son puntos de atención.
Mareos en el gato – Lo que puede ocurrir, en estos casos, es que la falta de apetito (y, en consecuencia, una alimentación inadecuada) haga que el animal se sienta mareado y débil. Cuando el gato no quiere comer sin razón aparente, puede estar enfermo.
Redacción: Juliana Melo