¿Los perros tienen ombligo? Es una de las preguntas que más se hacen los dueños. Y la respuesta rápida es sí, pero, ¿qué crees? No es tan fácil de encontrar como el del ser humano.
Al igual que los humanos y otros mamíferos, los perros desarrollan el ombligo durante su gestación. Es el punto donde el cordón umbilical se conecta al feto en desarrollo, proporcionando nutrientes y oxígeno esenciales, explican los expertos de la American Kennel Club.
Tal como los humanos, cuando nacen los perros, el cordón umbilical se corta dejando una pequeña cicatriz que se convierte en el ombligo del cachorro, pero éste es menos prominente.
El ombligo de un perro generalmente aparece como una pequeña cicatriz plana o un ligero pliegue en la piel del abdomen. De hecho, está cubierto de pelo, por eso es tan difícil encontrarlo.
Aunque no lo creas, los investigadores encontraron en 2018, que los ombligos son muy diferentes y varían dependiendo de la raza. Por ejemplo, aquellos de pelo corto como los Bulldog o los Chihuahuas, es más fácil encontrarlo, pues es una protuberancia o hendidura en el abdomen.
Cabe señalar que los ombligos no tienen una función después del nacimiento, pero… son un gran indicador de la salud del peludo, pues en algunas ocasiones, los perros pueden desarrollar hernias umbilicales que se manifiestan como una protuberancia blanda cerca del ombligo. Por eso debes identificarlo y supervisar, sobre todo si tienes un Basset Hounds o Airedales.
Tal como los humanos, al final, el ombligo de los perros es un recordatorio de la evolución y el lazo con las madres.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.