Separar a un cachorro de su madre y hermanos es un paso importante en su desarrollo. Sin embargo, hacerlo demasiado pronto puede afectar su comportamiento y salud emocional. Determinar el momento adecuado para esta separación es fundamental para asegurar que el cachorro tenga un desarrollo equilibrado y saludable. Aquí te contamos cuál es la edad recomendada y por qué es importante respetarla.
La mayoría de los expertos coinciden en que el momento óptimo para separar a un cachorro de su madre es entre las ocho y doce semanas de vida. Según el doctor Carlo Siracusa, especialista en comportamiento animal de la Universidad de Pensilvania, “los cachorros que permanecen con su madre hasta las ocho semanas tienen mayores probabilidades de desarrollar una salud mental y emocional estable”. Durante este tiempo, el cachorro aprende habilidades sociales importantes a través de la interacción con su madre y hermanos.
¿Por qué esperar hasta las ocho semanas?
Entre el nacimiento y las ocho semanas de vida, el cachorro pasa por etapas críticas de desarrollo. En las primeras semanas, la madre juega un papel esencial en su vida: proporciona alimento, calor y cuidados básicos. Además, los cachorros aprenden a comportarse adecuadamente gracias a la madre y los hermanos, quienes les enseñan límites y socialización básica. Separarlos demasiado pronto puede resultar en problemas de comportamiento, como ansiedad, agresividad o dificultad para interactuar con otros perros.
Entre las tres y cinco semanas de edad, los cachorros comienzan a explorar su entorno y desarrollan sus habilidades sociales. Esta etapa es conocida como la "fase de socialización primaria", y es crucial para que el cachorro aprenda a controlar sus mordidas y a interactuar con otros animales. La madre y los hermanos juegan un rol fundamental en este proceso, corrigiendo al cachorro de manera natural cuando muestra conductas inapropiadas.
Separar a un cachorro antes de las ocho semanas puede tener efectos negativos a largo plazo. Los cachorros que son separados antes de tiempo tienden a ser más ansiosos, a desarrollar problemas de socialización y, en algunos casos, a mostrar agresividad. La doctora Sophia Yin, veterinaria y especialista en comportamiento animal, afirma que “la falta de interacción con la madre y los hermanos durante las primeras semanas puede derivar en problemas de comportamiento difíciles de corregir en la adultez”.
Además, la separación temprana puede afectar la salud física del cachorro, ya que pierde la oportunidad de recibir anticuerpos y nutrientes presentes en la leche materna que ayudan a fortalecer su sistema inmunológico.
Si estás esperando llevar un cachorro a casa, asegúrate de que tenga al menos ocho semanas de edad. Además, prepara un ambiente tranquilo y cómodo donde el cachorro se sienta seguro. Durante las primeras semanas en su nuevo hogar, es importante brindarle tiempo para adaptarse y comenzar a establecer una rutina que lo ayude a sentirse seguro.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.