Si tu perro se niega a caminar en pisos resbalosos, no te preocupes, es normal. De hecho, lo hacen porque se sienten inseguros, por problemas de salud o falta de tracción. Aprende cómo a quitarle el miedo y que se muevan con confianza.
¿Por qué mi perro no quiere pisar pisos resbalosos?
Existen varias razones por las cuales un perro puede mostrarse inseguro al caminar sobre superficies resbaladizas:
- Falta de tracción natural: Las almohadillas de sus patas no tienen suficiente agarre en ciertos materiales, lo que les hace perder estabilidad.
- Experiencias negativas previas: Un resbalón o caída puede generar miedo, haciendo que tu perro evite esas superficies en el futuro.
- Problemas de salud: Condiciones como artritis, displasia de cadera o debilidad muscular pueden hacer que los pisos resbalosos sean más difíciles de transitar.
- Edad avanzada: Perros mayores suelen tener menos fuerza y estabilidad, lo que aumenta su dificultad para caminar en ciertos suelos.
- Problemas neurológicos: Algunos trastornos afectan el equilibrio y la coordinación, aumentando el riesgo de caídas.

¿Qué hago para que mi perro no se resbale en el piso?
1. Coloca alfombras o tapetes antideslizantes
Una de las soluciones más efectivas es distribuir alfombrillas en las áreas donde tu perro camina con frecuencia. Esto le dará más estabilidad y reducirá su miedo a resbalarse.
2. Mantén sus uñas y almohadillas en buen estado
Cortar las uñas regularmente y revisar las almohadillas evita que pierdan tracción. También puedes usar cremas especiales o ceras antideslizantes para mejorar el agarre.
3. Usa calcetines o botas antideslizantes
Existen productos diseñados para proporcionar mejor adherencia en pisos lisos.
4. Fortalece sus músculos con ejercicio
El fortalecimiento de patas y articulaciones mejora el equilibrio. Actividades como caminar en superficies irregulares, subir escaleras o practicar ejercicios de propiocepción pueden ayudar a tu perro a ganar estabilidad.
5. Utiliza productos antideslizantes para el suelo
Si cambiar el piso no es una opción, puedes aplicar productos como aerosoles o ceras antideslizantes en la superficie para mejorar la tracción.
¿Cuándo ya no es normal?
Si tu perro muestra signos de dolor, rigidez al caminar o cambios repentinos en su movilidad, es recomendable acudir al veterinario. Problemas como la artritis o trastornos neurológicos pueden estar afectando su capacidad para caminar con normalidad.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.