Si bien las grasas son esenciales para que mantengan un pelaje brillante, energía y funciones corporales adecuadas, no todas las grasas son recomendables para ellos. Algunos tipos de grasas pueden ser peligrosas y contribuir a problemas de salud, como obesidad, enfermedades cardíacas o pancreatitis. Es importante conocer qué grasas evitar y cómo garantizar que tu perro reciba los nutrientes adecuados sin comprometer su salud.
Grasas saturadas: las principales a evitar
Las grasas saturadas son uno de los principales tipos de grasas que pueden dañar a los perros. Estas se encuentran principalmente en alimentos de origen animal, como carnes procesadas, manteca, productos lácteos enteros y algunas carnes rojas. Cuando los perros consumen altas cantidades de estas grasas, su cuerpo acumula colesterol en las arterias, lo que aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares.
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De acuerdo con el doctor Juan Pérez, veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona, “una dieta alta en grasas saturadas puede llevar a que los perros sufran de sobrepeso, lo que a su vez contribuye a otros problemas de salud como la artritis y enfermedades hepáticas”. Por esta razón, es recomendable limitar el consumo de alimentos grasos y optar por fuentes de proteínas magras como el pollo o el pescado.
Grasas trans: un peligro silencioso
Las grasas trans, también conocidas como ácidos grasos trans, son artificialmente modificadas y se encuentran en productos ultraprocesados, como galletas, pasteles, comida rápida y algunos alimentos preparados. Estas grasas son especialmente dañinas tanto para humanos como para perros, ya que pueden alterar la función normal de las células y provocar inflamación crónica.
En el caso de los perros, el consumo de grasas trans puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades del corazón. Además, su ingesta está relacionada con una disminución en la función cerebral y un deterioro en la capacidad de aprendizaje de los cachorros. Por lo tanto, es importante evitar dar a los perros restos de comida que contengan este tipo de grasas.
Exceso de grasas incluso en alimentos saludables
Aunque algunos alimentos como el aceite de coco, el aceite de oliva y las grasas de pescado son consideradas saludables, un exceso en la cantidad también puede ser perjudicial para los perros. Estas grasas pueden contribuir a un aumento de peso y desencadenar trastornos metabólicos si no se controlan las porciones.
La doctora María García, nutricionista veterinaria de la Universidad de California, indica que “aunque las grasas saludables proporcionan beneficios, como el fortalecimiento del sistema inmunológico y la mejora de la piel, deben ser administradas con moderación y bajo la supervisión de un especialista”. Esto es especialmente cierto en razas pequeñas, que tienden a ganar peso rápidamente si se les ofrece una dieta demasiado rica en grasas.
Cómo identificar las grasas dañinas en los alimentos
Al seleccionar alimentos comerciales para tu perro, revisa siempre las etiquetas. Evita los productos que contengan ingredientes como “grasas hidrogenadas” o “aceites parcialmente hidrogenados”, ya que estos son indicadores de la presencia de grasas trans. Además, limita el consumo de golosinas altas en grasa, como embutidos, queso y alimentos fritos.
Opta por una dieta balanceada que incluya fuentes saludables de grasa como el omega-3 y omega-6, que se encuentran en el pescado, el aceite de linaza y algunas semillas. Estos tipos de grasas ayudan a mantener un pelaje brillante y a apoyar la salud del cerebro y del corazón, sin los efectos negativos de las grasas saturadas o trans.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.