Es común ver a los perros lamerse sus partes íntimas de vez en cuando. Este comportamiento, hasta cierto punto, es natural y puede considerarse un hábito de higiene. Sin embargo, cuando el lamido es excesivo, puede ser señal de un problema de salud que necesita atención. Entender las posibles causas detrás de este comportamiento es fundamental para asegurar el bienestar del perro.
Higiene y limpieza
En la mayoría de los casos, los perros se lamen sus partes íntimas para mantenerlas limpias. El lamido es una forma natural de higiene, especialmente después de orinar o defecar. Esta conducta no es motivo de preocupación a menos que se realice de manera muy frecuente o se acompañe de otros signos, como irritación en la piel o mal olor.
Según la doctora Patricia Curtis, veterinaria y profesora de la Universidad de Texas A&M, “un lamido ocasional es normal en los perros, ya que es parte de su rutina de aseo personal. Sin embargo, si el lamido se vuelve persistente, podría ser indicativo de una afección subyacente que requiere atención veterinaria”.
Posibles problemas de salud
Cuando un perro se lame en exceso sus partes íntimas, podría estar tratando de aliviar molestias causadas por ciertas condiciones de salud. Algunas de las más comunes incluyen:
- Infecciones urinarias o genitales: Una infección urinaria puede provocar picazón, dolor o ardor en la zona genital, lo que lleva al perro a lamerse para tratar de aliviar la incomodidad. Las infecciones genitales también pueden causar síntomas similares, especialmente en perras.
- Alergias: Las reacciones alérgicas a alimentos, productos de limpieza, o al entorno pueden provocar picazón en distintas partes del cuerpo, incluyendo el área genital. En estos casos, el perro puede lamerse para aliviar la irritación.
- Problemas anales: Los perros también pueden lamerse sus partes íntimas debido a molestias en las glándulas anales. Estas glándulas pueden llenarse o inflamarse, causando malestar que el perro intenta aliviar con el lamido.
En algunos casos, el lamido excesivo puede no estar relacionado con problemas físicos, sino con factores emocionales o de comportamiento. El estrés, la ansiedad o el aburrimiento pueden llevar a un perro a lamerse en exceso. Este comportamiento puede volverse compulsivo si no se identifica y trata la causa subyacente.
El doctor Nicholas Dodman, experto en comportamiento animal de la Universidad de Tufts, señala que “el lamido compulsivo en los perros puede ser una respuesta a la ansiedad o el estrés. Es importante descartar problemas físicos antes de considerar un tratamiento conductual”.
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Si el perro se lame de manera persistente y muestra signos de dolor, irritación o inflamación, es esencial llevarlo al veterinario para un diagnóstico adecuado. El especialista podrá determinar si se trata de una infección, alergia o problema comportamental y recomendar el tratamiento adecuado. En casos de infecciones, es posible que se necesiten antibióticos, mientras que las alergias pueden requerir cambios en la dieta o el entorno del perro.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.