No es mito ni te están tomando el pelo, es completamente cierto que las razas de perros más grandes viven menos y hoy te vamos a contar los motivos que nos dan los expertos. Si echas un vistazo a la esperanza de vida promedio de ciertas razas, notarás que los perros de talla grande como el San Bernardo y el Gran Danés no suelen vivir más de 10 años. Mientras que razas como los chihuahuas pueden vivir hasta los 16 años.
Esta no es una regla que se siga al pie de la letra porque depende de muchos factores como el estilo de vida y la alimentación. Popularmente se cree que los perros de razas grandes envejecen a mayor velocidad, sin embargo, un estudio ha revelado algo distinto.
De acuerdo con el estudio La esperanza de vida de los perros y la evolución del envejecimiento de la University of Chicago, lo que ocurre es que son mucho más vulnerables a enfermedades que se asocian a la vejez y pueden padecerlas a las edades más jóvenes. En este estudio se examinaron las esperanzas de vida de 164 razas de perros, y observaron que la principal causa de muerte natural en perros ancianos es el cáncer y que las razas de gran tamaño tienden a sufrir esta enfermedad a edades más tempranas.
El coautor del estudio Jack da Silva, afirma que a medida que el peso corporal de los perros de tallas grandes aumenta, las probabilidades de cáncer también lo hacen.
“Creemos que la relación entre el tamaño del cuerpo de un perro y su esperanza de vida puede deberse a un retraso evolutivo en las defensas contra el cáncer del cuerpo, que no pueden seguir el ritmo de la rápida y reciente cría selectiva de perros más grandes”.
La práctica científica ha demostrado que los perros de razas gigantes tienen un sistema inmunitario insuficiente para su tamaño. La razón subyacente es que su sistema inmunitario se ha forjado a lo largo de su historia evolutiva y, puesto que en esta han predominado los perros de tamaño mediano, las defensas genéticas de la especie son las adecuadas a un organismo de ese tamaño.
Existe una teoría conocida como soma desechable
En 1977 el biólogo Thomas Kirkwood propuso la teoría del “soma desechable” que afirma que un organismo tiene una cantidad limitada de recursos que debe distribuir en tres áreas: crecimiento, reproducción y mantenimiento del ADN. Lo que sucede en los organismos que dedican muchos recursos al crecimiento y a la reproducción es que, en contrapartida, pueden dedicar menos al mantenimiento del ADN, lo cual facilita la aparición de células cancerígenas.
El problema no es que los perros gigantes envejezcan antes, sino que se hacen adultos tan rápido que su sistema inmunitario no logra seguirles el ritmo y, en consecuencia, no se desarrolla como debería hacerlo. Así que ya sabes, si tienes un perro de talla mediana o grande, disfruta todo el tiempo que tengan juntos.