Aunque a primera vista las camas para perros y gatos puedan parecer similares, en realidad cada especie tiene necesidades de descanso particulares. Elegir la cama adecuada para tu mascota depende de entender sus hábitos y preferencias de sueño, que varían significativamente entre perros y gatos. Aquí analizamos las diferencias clave para que puedas tomar una decisión informada al elegir una cama para tu amigo peludo.
Los perros suelen dormir en posiciones variadas, como estirados, encorvados o sobre su costado. Esto significa que una cama para perros debe ser lo suficientemente amplia y flexible para acomodarse a estas posturas. Según el doctor en veterinaria Carlos Murillo, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, “los perros, especialmente los de tamaño grande, requieren camas que proporcionen un soporte adecuado a sus articulaciones y columna, lo que ayuda a prevenir problemas musculoesqueléticos”. Las camas con colchones firmes o acolchados suelen ser recomendadas para perros, ya que brindan el soporte necesario y alivian la presión sobre sus articulaciones.
Por otro lado, los gatos prefieren espacios más reducidos y cómodos que los hagan sentir seguros y resguardados. Esto se debe a su instinto natural de protegerse mientras descansan. Las camas tipo cuevas o con bordes elevados son populares entre los felinos, pues les permiten sentirse protegidos y mantener una vista controlada de su entorno. Además, el doctor Fernando Jiménez, especialista en comportamiento animal, explica que “los gatos disfrutan de camas en lugares altos o escondidos, ya que estos sitios les ofrecen una sensación de control y seguridad”.
Otra diferencia importante entre las camas para perros y gatos es el material y diseño. Las camas para perros suelen estar hechas de materiales resistentes al desgaste, ya que algunos perros tienden a rascar o morder sus camas. Además, es común que las camas para perros cuenten con fundas lavables, ya que estos animales suelen ensuciar más su espacio de descanso. En cambio, las camas para gatos están hechas de materiales suaves y cálidos, y muchos diseños incluyen texturas que imitan la lana o el pelaje, lo cual es agradable para los gatos y les recuerda el confort de los lugares en los que suelen dormir.
Cómo elegir la mejor cama para tu mascota
Elegir una cama que se adapte a las características específicas de cada especie y a los hábitos de cada mascota es fundamental para su bienestar. Para los perros, es recomendable buscar camas firmes, amplias y, si el perro es mayor o tiene problemas articulares, optar por una cama ortopédica. Los gatos, por su parte, prefieren camas que les brinden seguridad y privacidad, por lo que es ideal colocar sus camas en zonas elevadas o protegidas y que tengan texturas que les resulten agradables.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.