El estornudo ocasional en los gatos es completamente normal y puede deberse a diversas razones, como la inhalación de polvo o irritantes. Sin embargo, si un gato estornuda de manera frecuente o presenta otros síntomas como secreción nasal, ojos llorosos o pérdida de apetito, es importante prestarle atención, ya que podría ser indicativo de un problema de salud. Conocer las posibles causas y saber cómo actuar es fundamental para asegurar el bienestar de tu mascota.
Los estornudos pueden deberse a una variedad de factores, desde alergias e infecciones hasta objetos extraños en las fosas nasales. Algunas de las causas más comunes son:
- Infecciones respiratorias: Una de las razones principales por las que un gato estornuda mucho son las infecciones respiratorias. Estas pueden ser virales, como el herpesvirus felino, o bacterianas, como la clamidiosis. Estas infecciones suelen ir acompañadas de otros síntomas como fiebre, tos y secreciones nasales.
- Alergias: Al igual que los humanos, los gatos también pueden sufrir de alergias a ciertos elementos como el polvo, el polen o el humo de tabaco. Las alergias suelen manifestarse con estornudos y lagrimeo.
- Problemas dentales: Las infecciones en los dientes pueden extenderse a las cavidades nasales y provocar estornudos. Si observas que tu gato estornuda y presenta mal aliento o encías inflamadas, es recomendable que un veterinario revise su salud dental.
- Cuerpos extraños: A veces, pequeños objetos como semillas o partículas pueden alojarse en la nariz del gato, provocando estornudos constantes en un intento por expulsarlos.
¿Cuál es el mejor tratamiento para los estornudos frecuentes?
El tratamiento para un gato que estornuda mucho dependerá de la causa subyacente. No existe un “remedio único” para tratar el problema, por lo que es fundamental identificar el origen de los estornudos antes de comenzar cualquier tratamiento. En este sentido, llevar a tu gato al veterinario es el primer paso. Un profesional podrá realizar un examen completo y, si es necesario, realizar pruebas adicionales para identificar la causa exacta.
Según el doctor Craig Webb, especialista en medicina felina de la Universidad Estatal de Colorado, “el tratamiento adecuado dependerá de si la causa es una infección, alergia o problema dental. No se debe intentar tratar al gato con medicamentos humanos, ya que algunos pueden ser tóxicos para ellos”.
Aunque siempre es recomendable acudir al veterinario, existen algunas medidas que puedes tomar en casa para ayudar a tu gato mientras se encuentra en tratamiento:
- Mantén el ambiente limpio: Reduce el polvo y elimina posibles alérgenos del hogar, como el polen o el humo de cigarrillos. Usar un purificador de aire también puede ser de gran ayuda para mejorar la calidad del ambiente.
- Hidratación adecuada: Asegúrate de que tu gato tenga acceso constante a agua fresca. Una buena hidratación es clave para ayudar a mantener las mucosas nasales saludables.
- Vapor de agua: Si notas que tu gato tiene la nariz congestionada, puedes probar con una terapia de vapor suave. Coloca al gato en el baño mientras llenas la ducha de vapor (sin que el agua esté demasiado caliente) durante unos minutos. Esto ayudará a aflojar las secreciones y a reducir la irritación.
Si el estornudo de tu gato persiste durante más de unos días, si observas sangre en las secreciones nasales o si muestra signos de malestar como falta de apetito o letargo, es crucial que lo lleves al veterinario lo antes posible. El doctor Joseph Bartges, profesor de medicina interna y nutrición en la Universidad de Georgia, menciona que “los estornudos crónicos pueden ser una señal de un problema mayor, como una infección respiratoria grave o incluso un tumor”.
Te podría interesar: 5 razas de gatos que no dan alergia, ¡Adiós a los estornudos!
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.