Aunque puede ser tentador pensar que algunos medicamentos de uso común en humanos pueden ayudar a nuestras mascotas, darles estos productos sin supervisión veterinaria puede ser peligroso o incluso letal para ellos. Los perros metabolizan muchos fármacos de manera diferente a los humanos, y algunos medicamentos comunes para personas son altamente tóxicos para ellos. A continuación, te explicamos por qué ciertos medicamentos son riesgosos y cuáles son los principales que debes evitar a toda costa.
Analgésicos de uso común
Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol y el ibuprofeno, son peligrosos para los perros. El paracetamol, por ejemplo, puede causar daños graves en el hígado y en la sangre de los perros. Según el doctor en medicina veterinaria Luis González, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “la administración de paracetamol a perros puede resultar en toxicidad hepática severa y problemas respiratorios”. Además, el ibuprofeno puede generar problemas gastrointestinales graves, incluyendo úlceras y hemorragias, así como daño renal en los perros.
Por otro lado, la aspirina, aunque en algunos casos es recetada por veterinarios en dosis específicas, debe ser administrada con mucho cuidado. Dado que los perros son mucho más sensibles a este medicamento, cualquier dosis incorrecta puede provocar efectos secundarios como sangrado gastrointestinal o daño renal. Siempre es mejor que sea el veterinario quien determine si la aspirina es adecuada para tu perro y en qué dosis, pues una automedicación con este tipo de analgésicos puede traer más riesgos que beneficios.
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Antidepresivos y otros medicamentos psiquiátricos
Los medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los ansiolíticos, también son peligrosos para los perros. Fármacos como la fluoxetina y la sertralina, comúnmente utilizados para tratar problemas de ansiedad y depresión en personas, pueden provocar problemas neurológicos en los perros, como temblores, convulsiones y falta de coordinación. La doctora Carla Pérez, especialista en comportamiento animal en la Universidad de California, advierte que “los efectos de estos medicamentos en los perros pueden ser impredecibles y, en dosis incorrectas, incluso mortales”.
Los medicamentos descongestionantes y antihistamínicos, como la pseudoefedrina y la difenhidramina, también representan riesgos. La pseudoefedrina, presente en algunos descongestionantes nasales, puede causar un aumento en la presión arterial, ritmo cardíaco acelerado, hiperactividad e incluso convulsiones en los perros. En cuanto a los antihistamínicos, si bien algunos, como la difenhidramina, pueden ser seguros en dosis muy específicas y bajo supervisión veterinaria, otros antihistamínicos no están recomendados para el uso en perros y deben evitarse.
Los medicamentos para la diabetes, como la insulina, y los anticoagulantes, como la warfarina, también son peligrosos. En el caso de la insulina, una dosis incorrecta podría provocar una peligrosa caída de azúcar en sangre, mientras que los anticoagulantes pueden causar problemas de sangrado graves y, en dosis altas, llevar a la muerte.
La importancia de consultar siempre al veterinario
En caso de que tu perro presente síntomas de enfermedad o dolor, lo mejor es llevarlo al veterinario para una evaluación profesional. Nunca intentes automedicar a tu mascota con medicamentos de humanos, ya que su metabolismo y sensibilidad a estos productos es diferente a la de las personas. El veterinario podrá recomendar opciones seguras y en dosis adecuadas, evitando así complicaciones graves.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.