El olor de la orina de nuestros perros puede ser un importante indicador de su estado de salud. Según la doctora María Rodríguez, veterinaria especializada en medicina interna del Hospital Veterinario de Madrid, "cualquier cambio significativo en el olor de la orina debe ser motivo de consulta veterinaria, ya que podría indicar una condición médica subyacente."
Diabetes mellitus
Una de las principales enfermedades que alteran el olor de la orina es la diabetes mellitus. Un estudio publicado en el Journal of Veterinary Internal Medicine indica que aproximadamente el 1% de los perros desarrolla diabetes durante su vida. La orina de los perros diabéticos suele tener un olor dulce o afrutado debido a la presencia de glucosa y cetonas.
Infecciones del tracto urinario (ITU)
Las ITUs son otra causa común de cambios en el olor de la orina. El doctor James Smith, del American College of Veterinary Internal Medicine, señala que "aproximadamente el 14% de los perros presentará una ITU durante su vida". La orina puede adquirir un olor fuerte y desagradable debido a la presencia de bacterias y células inflamatorias.
Enfermedad renal
La insuficiencia renal puede causar que la orina tenga un olor similar al amoniaco. Según datos de la Veterinary Medicine International (2022), esta condición afecta al 10% de los perros mayores de siete años. Cuando los riñones no funcionan correctamente, las toxinas se acumulan en la orina, alterando significativamente su olor.
Problemas hepáticos
Las enfermedades hepáticas pueden causar que la orina tenga un olor más fuerte de lo normal. Un estudio realizado por la Universidad de Cornell demostró que el 15% de las alteraciones en el olor de la orina están relacionadas con disfunciones hepáticas.
Otras causas metabólicas
La doctora. Laura Thompson, especialista en endocrinología veterinaria, destaca que "condiciones como el síndrome de Cushing o problemas de tiroides pueden alterar el metabolismo del perro y, consecuentemente, modificar las características de su orina."
Señales de alerta:
Se debe buscar atención veterinaria cuando se observe:
- Cambio repentino en el olor de la orina
- Orina con olor extremadamente fuerte
- Cambios en el color o la consistencia
- Aumento o disminución en la frecuencia de micción
- Comportamiento inusual al orinar
El doctor Carlos Pérez, de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA), recomienda "realizar análisis de orina al menos una vez al año en perros adultos sanos, y cada seis meses en perros mayores de siete años."
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.