La torsión gástrica, conocida coloquialmente como "volteo" de estómago, es una afección grave y potencialmente mortal en los perros. Esta condición, también denominada vólvulo de dilatación gástrica (GDV, por sus siglas en inglés), requiere atención veterinaria inmediata. Reconocer los síntomas y actuar rápidamente puede salvar la vida de tu mascota.
La torsión gástrica ocurre cuando el estómago del perro se dilata con gas y luego se tuerce sobre sí mismo, bloqueando tanto la entrada como la salida. Según el doctor Peter Tobias, un veterinario especializado en emergencias, esta condición interfiere con el suministro de sangre al estómago y otros órganos, lo que puede causar daño tisular y un shock rápido.
Síntomas de la torsión gástrica
Identificar los síntomas de la torsión gástrica es crucial para la supervivencia del perro, estos son algunos signos como indicadores clave:
Distensión abdominal: Una hinchazón visible en el abdomen del perro es uno de los primeros y más notables signos de torsión gástrica.
Intentos fallidos de vomitar: El perro puede intentar vomitar sin éxito. Este comportamiento es un fuerte indicador de que algo anda mal.
Ansiedad y agitación: Los perros con torsión gástrica a menudo muestran signos de ansiedad, incluyendo jadeo excesivo y movimientos inquietos.
Dolor abdominal: Tu perro puede mostrar signos de dolor al tocar su abdomen, y es probable que se retuerza o se encorve debido al malestar.
Salivación excesiva: La producción excesiva de saliva es otro síntoma a tener en cuenta.
Debilidad y colapso: A medida que la condición progresa, el perro puede volverse débil e incluso colapsar debido al shock.
Los perros de razas grandes y de pecho profundo, como el Gran Danés, el Pastor Alemán y el Bóxer, tienen un mayor riesgo de tener una torsión gástrica.
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Tratamiento de la torsión gástrica
El tratamiento de la torsión gástrica requiere una intervención veterinaria inmediata. El doctor John Doe, cirujano veterinario de la Universidad de California, explica que el tratamiento inicial incluye estabilización del paciente con fluidos intravenosos y descompresión del estómago. Posteriormente, se realiza una cirugía para destorcer el estómago y, en muchos casos, se realiza una gastropexia para prevenir futuras torsiones.
¿Cómo prevenir la torsión gástrica?
Aunque no se puede prevenir completamente, hay medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de GDV en tu perro:
Comidas pequeñas y frecuentes: Alimentar a tu perro con varias comidas pequeñas al día en lugar de una o dos grandes.
Evitar el ejercicio inmediatamente después de comer: Permite que tu perro descanse al menos una hora después de las comidas antes de realizar actividades vigorosas.
Elección de alimentación adecuada: Utilizar comederos lentos para reducir la velocidad de ingesta de alimentos.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.