Es un tema que genera debate, ¿es bueno o malo ponerle un bozal a un perro?. A continuación, veremos los pros y contras de éste.
Primero, aclaremos algo: el bozal no es ni bueno ni malo por sí mismo. Es como una herramienta en tu caja de herramientas perruna. María Sánchez, experta en comportamiento canino explica que "un bozal usado correctamente y por las razones adecuadas, puede ser una herramienta valiosa para la seguridad y el manejo de ciertos perros".
¿Cuándo es bueno ponerle bozal a tu perro?
1. Visitas al veterinario: Para algunos perros ansiosos o con dolor, un bozal puede hacer que la visita al veterinario sea más segura para todos.
2. Situaciones estresantes: En ambientes muy estimulantes o estresantes, un bozal puede prevenir accidentes.
3. Entrenamiento: Para perros en proceso de aprender a no morder o con problemas de agresividad.
4. Requisitos legales: En algunos lugares, ciertas razas están obligadas a llevar bozal en público.
Un estudio publicado en el Journal of Veterinary Behavior en 2023, encontró que el uso apropiado de bozales redujo los incidentes de mordeduras en un 78% en situaciones de alto estrés para los perros.
Cuando el bozal se convierte en peligro
Sin embargo, el uso incorrecto o excesivo de bozales puede ser problemático:
1. Estrés innecesario: Usar un bozal sin una razón válida puede causar estrés y ansiedad en el perro.
2. Interferencia con la comunicación: Los perros usan sus bocas para más que solo morder. Ellos se comunican a través de expresiones faciales, por lo tanto, el bozal puede interferir.
3. Problemas de termorregulación: Los perros regulan su temperatura en parte a través del jadeo. Un bozal puede dificultar la tarea.
¿Cómo ponerle el bozal?
Si decides que tu perro necesita un bozal, aquí hay algunos consejos de oro:
1. Acostúmbralo: Expertos recomiendan introducirlo gradualmente, asociándolo con cosas positivas como premios y juegos.
2. Ajuste adecuado: Un bozal mal ajustado puede ser incómodo o incluso peligroso. Asegúrate de que tu perro pueda jadear y beber agua con el bozal puesto.
3. Tiempo limitado: No dejes el bozal puesto por periodos prolongados.
4. Supervisión: Nunca dejes a tu perro solo con el bozal puesto.
5. Combínalo con entrenamiento: El bozal no es una solución mágica. Debe combinarse con entrenamiento para abordar el problema subyacente.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.