El miedo a salir a la calle es una situación que puede afectar a algunos perros, especialmente aquellos que han pasado por experiencias traumáticas o que no han sido socializados adecuadamente. Este tipo de miedo puede manifestarse con temblores, ladridos, comportamiento evasivo y hasta agresividad. Afortunadamente, existen formas de ayudar a un perro a superar este temor para que disfrute de sus paseos sin ansiedad.

Antes de iniciar cualquier estrategia, es importante identificar las causas del miedo. Según la doctora Lucía Gómez, especialista en comportamiento animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, “los miedos en los perros pueden deberse a experiencias traumáticas, a una socialización limitada o incluso a una predisposición genética”. Un perro que nunca ha sido expuesto a ruidos de la calle o que ha tenido malas experiencias en este entorno puede asociar el exterior con peligros, lo que provoca ansiedad y rechazo a salir.
Observar las reacciones del perro y notar si el miedo surge en situaciones específicas, como el ruido del tráfico o la cercanía a otros perros, puede ayudar a entender mejor su origen y a planificar estrategias adecuadas.
Un enfoque gradual puede ser muy efectivo para ayudar al perro a superar sus miedos. Comenzar con pequeños pasos en un entorno seguro, como el jardín o una zona tranquila fuera de casa, es ideal para que el perro se acostumbre a nuevos sonidos y estímulos de manera controlada. Una vez que el perro se sienta cómodo en este espacio, se pueden hacer pequeñas salidas a la calle, aumentando progresivamente la duración y distancia a medida que se observe una mejora en su comportamiento.
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El uso de premios o golosinas durante estos ejercicios también puede reforzar el comportamiento positivo. Al premiar al perro cada vez que da un paso hacia la calle o explora un poco más lejos de casa, se le anima a relacionar estas experiencias con sensaciones agradables y a disminuir la ansiedad.
La energía del dueño juega un papel crucial en la reacción del perro ante la calle. Si el dueño muestra nerviosismo o impaciencia, es probable que el perro perciba esta actitud y aumente su propio estrés. La doctora Ana López, veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, señala que “es importante que los dueños mantengan una actitud relajada y positiva durante el paseo, ya que los perros son muy sensibles a las emociones de sus cuidadores”. Una buena estrategia es caminar despacio, darle tiempo al perro para explorar y no forzarlo si muestra incomodidad. Esto crea un ambiente de confianza en el que el perro puede ir relajándose poco a poco.
Herramientas y técnicas de apoyo
Algunos elementos, como los arneses que brindan mayor control y seguridad, pueden ser útiles para perros ansiosos. También, existen técnicas de desensibilización que exponen gradualmente al perro a estímulos que le causan miedo, comenzando con ruidos bajos o situaciones controladas, hasta llegar a niveles que simulen la calle real. Estas técnicas pueden hacerse en casa, usando grabaciones de sonidos de tráfico o zonas concurridas para que el perro se acostumbre antes de enfrentarse al entorno directamente.

Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.