Cuando los perros requieren de una protección especial después de una cirugía o en caso de alguna herida, la elección de un dispositivo adecuado para evitar que se laman o muerdan las áreas afectadas es esencial. Los collares isabelinos y las donas inflables son las opciones más comunes para este propósito, y cada uno tiene sus ventajas y desventajas. A continuación, analizamos en qué casos es mejor usar cada tipo de collar y qué considerar para la comodidad y seguridad de tu mascota.
El collar isabelino, también conocido como "cono" o "campana", es una estructura de plástico rígido que rodea el cuello del perro, formando una barrera alrededor de la cabeza. Su diseño impide que el perro tenga acceso a sus heridas, puntos de sutura o lesiones cutáneas en cualquier parte del cuerpo, ya que limita su rango de movimiento.
Este collar es altamente efectivo y suele ser la primera recomendación de los veterinarios, especialmente en casos donde es esencial que el perro no pueda llegar a áreas específicas. La doctora Elena Martínez, profesora de Veterinaria en la Universidad Autónoma de Barcelona, explica que “el collar isabelino es una de las soluciones más seguras cuando se busca una protección completa, ya que bloquea el acceso incluso a áreas complicadas, como el abdomen o las extremidades”.
Sin embargo, el collar isabelino puede ser incómodo para algunos perros, especialmente si no están acostumbrados a él. Su tamaño y rigidez dificultan la movilidad y pueden interferir en actividades como comer, beber y descansar. Además, algunos perros pueden mostrarse ansiosos o estresados al llevarlo, ya que les restringe el campo visual y el sentido de exploración.
La dona inflable es una alternativa más reciente y cómoda al collar isabelino. Este tipo de collar tiene una estructura circular inflable, que se coloca alrededor del cuello del perro y funciona como un cojín que limita su movimiento hacia atrás. A diferencia del collar isabelino, la dona inflable permite mayor libertad de movimiento y no afecta la visión periférica del perro, lo cual puede hacer que el animal se sienta menos estresado.
Este tipo de collar es ideal para perros que necesitan proteger heridas o suturas en áreas cercanas al cuello o el pecho, pero no es tan efectivo si el problema está en zonas de mayor alcance, como las patas traseras o el abdomen. “La dona es una opción cómoda y menos invasiva, ideal para casos menos severos, pero no garantiza la misma protección completa que el collar isabelino”, asegura el doctor Luis Gómez, especialista en veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia.
Factores a considerar al elegir
Al decidir entre el collar isabelino y la dona inflable, es importante considerar la ubicación de la herida o el área que necesita protección. Para heridas en zonas de difícil acceso, el collar isabelino es generalmente la mejor opción. Por otro lado, si la lesión se encuentra en una zona más restringida y el perro muestra signos de ansiedad con el collar isabelino, la dona puede ser una opción menos invasiva y más cómoda.
También es importante tener en cuenta la personalidad y nivel de tolerancia de tu perro. Algunas mascotas aceptan fácilmente el collar isabelino, mientras que otras se sienten más cómodas con la dona inflable. Si es posible, consulta con tu veterinario para determinar qué opción será la más efectiva y adecuada para el caso particular de tu mascota.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.