Cuando un gato atraviesa un periodo de tristeza, puede manifestar una variedad de cambios en su comportamiento que van más allá de dejar de comer. Detectar estos signos a tiempo es crucial para brindar la ayuda necesaria. La pérdida de apetito es uno de los indicadores más comunes, pero no es el único.
Un gato que se siente triste o deprimido puede volverse más distante y evitar el contacto con sus dueños o con otros animales. Es posible que se esconda en lugares poco usuales o pase más tiempo solo. Según el doctor David F. Smith, especialista en medicina felina en la Universidad de Edimburgo, “los cambios en el comportamiento social son indicadores tempranos de que algo no anda bien con la salud emocional del felino”. La disminución en la interacción social puede ser una respuesta al estrés, al dolor o a la pérdida de un compañero humano o animal.
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Otro comportamiento común en gatos tristes es la reducción en la actividad física. Los felinos afectados por la tristeza tienden a mostrar menor interés en jugar o explorar su entorno. También es frecuente que duerman más de lo habitual, incluso durante el día, o que presenten patrones de sueño irregulares. Este letargo puede estar vinculado a una falta de estímulo mental y emocional, lo que perpetúa el estado de ánimo negativo.
Los gatos son animales extremadamente limpios que dedican una parte considerable de su tiempo al aseo personal. Sin embargo, un gato triste puede dejar de acicalarse, lo que puede resultar en un pelaje descuidado o en la formación de nudos. La falta de aseo puede ser un reflejo de la disminución en la motivación o de algún problema de salud subyacente.
Además de la pérdida de apetito, un gato triste puede comer en exceso o cambiar sus preferencias alimenticias. Según la doctora Elizabeth Hart, experta en comportamiento animal de la Universidad de Bristol, “el estrés y la tristeza en los gatos pueden afectar su sistema digestivo, causando tanto inapetencia como el deseo de comer compulsivamente”. También es posible que presenten alteraciones en el uso del arenero, como hacer sus necesidades fuera de la caja o, en casos graves, desarrollar problemas urinarios.
Cómo ayudar a un gato triste
Es importante observar estos comportamientos y consultar con un veterinario si se presentan. El tratamiento puede incluir el uso de feromonas sintéticas para reducir el estrés, la introducción de nuevos juguetes para estimular la actividad o incluso cambios en la rutina para mejorar el bienestar emocional del gato. Identificar a tiempo estos síntomas es clave para prevenir complicaciones mayores y mejorar la calidad de vida del felino.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.