Durante el frío, es normal que busques ropa caliente, así como cobijas, chamarras y hasta comprar un calentador para no helarte. Al igual que los humanos, los perros y los gatos también pueden padecer el frío, pero ojo poner la calefacción con ellos, no es tan buena idea.
Los perros sin pelo o con poco pelo, así como los canes adultos, pueden enfermarse de hipotermia u otras enfermedades respiratorias.
Se cree que los gatos se sienten cómodos en temperaturas entre 30 y 38ºC. Es decir, por encima de esto, el gato siente calor, y mucho más abajo, el gato siente frío. Por esta razón, es necesario tener un cuidado especial con tu amigo de cuatro patas.
Si bien la calefacción puede ser una gran opción para los humanos y las mascotas, considera que tiene algunos riesgos, por ejemplo:
- La calefacción central puede reducir la humedad del aire, causando que la piel y las vías respiratorias de los animales se sequen, ya que los perros absorben más rápido el calor. En algunos casos, puede crear choques térmicos.
- Quemaduras. Al acercarse mucho a las fuentes de calor, dígase estufas, radiadores, calentadores y estufas, su piel se puede quemar.
Recuerda que los perros no regulan su temperatura como los humanos. Exponerlos al calor directo puede causarles deshidratación, agotamiento por calor y quemaduras en la piel.
También toma en cuenta que al exponerlos mucho tiempo al calor, provocará que alteren su rutina al no querer salir.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.