El moquillo es una enfermedad canina grave que no ve la edad, raza o porte del perro. Es transmisible y puede afectar la salud de tu mascota, dejando secuelas en el caso de que no tengas el debido cuidado con el animal. Por ser transmisible y, lamentablemente, aún muy común entre los perros. Pueden surgir algunas dudas sobre el moquillo: ¿el perro vacunado puede tener moquillo? ¿El moquillo tiene cura? ¿El tutor puede contraer moquillo? Para ayudar, Patas de la Casa comparte los mitos y verdades más comunes sobre el moquillo, pensando en ti que quieres entender más sobre el asunto. ¡Compruébalo!
¿Qué es el moquillo canino?
El moquillo canino es una infección viral aguda causada por un virus de la familia Paramyxovirus, popularmente conocido como Virus del Moquillo Canino, que actúa de formas diferentes y en regiones diferentes del organismo del perro. La enfermedad puede afectar de forma simultánea o aislada el sistema respiratorio, gastrointestinal y neurológico del perro. La transmisión de esta enfermedad ocurre cuando el perro saludable tiene contacto con un perro infectado por el virus, ya sea a través de secreciones de la nariz o boca del animal, lo que puede suceder durante un ladrido o un estornudo del perro enfermo.
Tratándose del moquillo, los síntomas van desde cambios en el comportamiento a dificultades motoras del perro, entre otras incomodidades más graves. También puede ser fatal cuando el perro no recibe tratamiento inmediato, además de infectar a otros perros. Por eso, todo cuidado es poco con la gravedad del moquillo canino. Mira algunos mitos y verdades sobre este mal.
El humano puede contraer moquillo de perro: mito
Al contrario de la rabia y de la leishmaniasis, el moquillo no es una zoonosis - o sea, una enfermedad transmisible del animal al ser humano. La causa de la enfermedad es el Virus del Moquillo Canino, que sobrevive y se desarrolla entre los perros y algunos otros mamíferos. Pero sin infectar a sus humanos, un perro huésped del virus puede infectar y poner en riesgo la salud de sus otros amigos de cuatro patas. También es imposible que los tutores no se pongan mal al ver a su mascota sufriendo con esta enfermedad, que puede debilitar completamente al animal.
El moquillo es una enfermedad silenciosa: mito
Con seis días de infección, el perro ya empieza a presentar síntomas que comienzan con el cambio de comportamiento. Las primeras señales son falta de apetito y desánimo y, por eso, es importante que los tutores siempre presten atención a cómo anda el comportamiento de la mascota. La forma como el virus va a actuar en el organismo del perro infectado puede variar e impactar de diferentes maneras en la salud física del animal. En otras palabras, los síntomas varían según la mayor predominancia de acción del virus. Son síntomas comunes del moquillo:
- Fiebre
- Debilidad
- Vómitos y diarrea
- Dificultades en la respiración
- Secreciones en la nariz y ojos
- Tics nerviosos y dificultades para moverse
Todos estos síntomas se distribuyen en cinco fases del moquillo canino, con el predominio de un síntoma entre una fase y otra:
Primera fase: Los ojos del perro empiezan a sufrir con secreciones en exceso y es común que los tutores confundan este síntoma del moquillo con otras enfermedades oftalmológicas caninas, como conjuntivitis o alergias.
Segunda fase: Después de afectar los ojos, los síntomas siguen su curso afectando el sistema respiratorio del perro. La mascota empieza a presentar fiebre y dificultades para respirar, además de tos y mucha secreción en la nariz. Incluso con los síntomas agravándose, todavía es común que los tutores confundan estos síntomas con otras enfermedades, como la gripe canina.
Tercera fase: En esta fase, la piel del perro empieza a ser impactada por el moquillo, con presencia de ampollas de pus y resecamiento. Estas condiciones son extremadamente incómodas, en este momento el perro con moquillo siente dolor.
Cuarta fase: Llamada de fase digestiva, todo el sistema digestivo del perro sufre las consecuencias del moquillo. Además de la falta de apetito, el perro empieza a vomitar y a tener diarreas que lo debilitan. Lamentablemente, en esta fase es posible que el perro sienta muchos dolores y no tenga energías.
Quinta fase: En la quinta y última fase, los síntomas del moquillo son perceptibles, pues es posible que el perro tenga todos los síntomas manifestándose, pero no queda por aquí. También puede desarrollar problemas neurológicos y es cuando comienza a tener dificultades para moverse, además de varios tics en las patas o en todo el cuerpo.
Son tantos los daños a la salud, que es difícil creer que se trata de una enfermedad breve: el tiempo que dura el moquillo en el perro es de dos semanas a tres meses.
El moquillo aparece en perro vacunado: ¡verdad!
El perro vacunado tiene moquillo y puede transmitirlo a otros perros también vacunados. Sin embargo, el moquillo en perro vacunado suele ser más liviano que en aquellos que tienen incompleto o no tienen el carné de vacunación. La forma como anda la salud del perro va a decir cómo va a reaccionar al moquillo: un perro saludable puede tener más oportunidades de sobrevivir sin secuelas que un perro que, por innumerables motivos, no tiene los debidos cuidados. Existe una forma muy eficiente de evitar el moquillo: ¡la vacuna! Las dosis de V6, V8 y V10 deben aplicarse a partir de los 45 días de vida, respetando el intervalo de 21 a 30 días entre las aplicaciones. Esta forma de precaución mejora la inmunidad del perro y trae más fuerza contra el virus en caso de infección.
El perro sólo tiene moquillo durante el invierno: mito
No existe una época del año en que el moquillo sea más contagioso, pero los cuidados deben redoblarse en esta época del año, pues el virus tiene más resistencia ambiental y fuera de su huésped durante el frío. En este clima, los perros también se vuelven propicios a desarrollar otras condiciones respiratorias, como gripes caninas y neumonía, lo que puede dificultar el diagnóstico correcto.
El moquillo tiene cura: ¡depende!
Hay una triste mayoría de casos en los que el perro con moquillo no sobrevive. Pero ésta es una enfermedad tratable y la forma como reacciona el perro va a depender de cómo anda su salud y predisposición para combatir el virus por cuenta propia. Un perro con una buena calidad de vida tiene muchas más oportunidades de sobrevivencia y sin muchas secuelas que impacten en su salud. El tratamiento del perro infectado implica visitas periódicas al veterinario, que va a evaluar el avance de su enfermedad y también prescribir la mejor medicación para cada fase del moquillo, además de verificar la posibilidad de secuelas que puedan surgir después de la cura del perro. Por eso, es común decir que el moquillo no tiene cura: cuando no es fatal, el perro puede desarrollar otras enfermedades que lo llevan a la muerte.
Si tu perro logra sobrevivir y te estás preguntando “mi perro tuvo moquillo, ¿y ahora?”, orientamos que te prepares para redoblar el amor y cuidado con tu mascota, pues necesitará atención especial para tratar las secuelas de la enfermedad. Vale recordar que las secuelas más comunes del moquillo son convulsiones frecuentes y parálisis de los miembros que impactan en la calidad de vida del peludo.
Los gatos también pueden infectarse con moquillo: mito
El moquillo afecta solamente a los perros domésticos y, felizmente, no afecta a los gatos. Sin embargo, el moquillo puede ser transmisible entre otras especies, como el hurón, la nutria, el mapache, entre otros mamíferos. Incluso sin moquillo, los felinos pueden sufrir con otra condición semejante que recibe el nombre de panleucopenia felina. Esta es una enfermedad viral transmitida entre los gatos por el virus VPF (Virus de la Panleucopenia Felina) a través de secreciones, estornudos y agua contaminada. Los síntomas son los mismos del moquillo y, desgraciadamente, también es una condición que, sin el tratamiento adecuado, puede ser fatal.
Se puede prevenir el moquillo: verdad
La vacunación contra el moquillo es una importante medida de prevención contra la enfermedad. Aunque no impida que el animal se infecte y desarrolle la enfermedad, la vacuna va a ser eficaz contra una baja inmunidad del perro, además de impedir que los sistemas respiratorio, neurológico y digestivo del perro sufran algún impacto de la enfermedad. Es importante que los tutores busquen vacunar a sus mascotas antes de hacer la socialización con otros animales, incentivando a otros tutores a tener el carné de vacunación completo de los perritos, además de participar en campañas de vacunación gratuita. Los cuidados constantes con la salud del perro, con visitas regulares al veterinario y buenas raciones, son otras medidas que refuerzan la prevención contra el moquillo en el perro.