¿Alguna vez te has parado a pensar si existen los tranquilizantes para perros? Como todo el mundo sabe, al igual que nosotros, nuestros amigos de cuatro patas también se ven afectados por algunos sentimientos “humanos”, como el miedo, la ansiedad y el estrés. En épocas más festivas, incluso el miedo a los fuegos artificiales es muy común en estos animales. Por esta razón, muchos tutores de mascotas acaban buscando alternativas para relajar a los peludos.
Pero, al igual que cualquier otro medicamento, el uso de tranquilizantes para perros no debe emplearse a menos que sea extremadamente necesario y siempre bajo supervisión veterinaria. Para entender mejor en qué situaciones se recomienda y las principales precauciones, hablamos con la médica veterinaria Renata Bloomfield, que es especialista en comportamiento animal.
Tranquilizantes para perros: ¿qué es y cuándo puede recomendarse el uso?
Existe un relajante para perros, ¡sí! Según Renata, se pueden utilizar productos naturales, como hierbas medicinales y florales para la ansiedad canina, pero también hay fármacos – como antidepresivos y ansiolíticos – que actúan sobre los neurotransmisores del animal. “Suelo recetar un fármaco – ansiolítico o antidepresivo – a los perros que corren riesgo de sufrir lesiones o suponen algún peligro para la familia. Por ejemplo, para problemas de mordeduras o perros que pueden escaparse, siempre opto por la medicación, además del manejo que tenemos que hacer juntos. Todo tiene que estar integrado”.
Para quienes piensen en ofrecer un tranquilizante a un perro que ladra mucho o está muy agitado, la recomendación es tratar de entender las razones que hay detrás de este comportamiento canino. “Si ladra mucho porque tiene un estímulo, entonces no hay razón para medicar a ese perro. Lo ideal es enseñarle a lidiar con ese estímulo. Pero, por ejemplo, si el ladrido es porque el perro tiene miedo de algo o porque se siente amenazado de alguna manera, entonces podemos recetar un fármaco con el manejo”, aconseja.
¿Los tranquilizantes para perros suponen algún peligro para la salud de los animales?
Como cualquier medicamento, los tranquilizantes para perros requieren atención y supervisión profesional. Aunque estos fármacos pretenden mantener equilibrado al animal, la veterinaria explica: “Lo que diferencia un medicamento de un veneno es la dosis, por lo que hay que tener especial cuidado con esto. Hay medicamentos que requieren mucha precaución para no sedar al animal, porque la finalidad de un medicamento – un tranquilizante para perros o lo que sea – no es que se quede sedado o dormido. También hay algunos medicamentos que quitan el apetito al animal, que dejan al perro con diarrea, temblores y otros síntomas. Así que hay que vigilar muy de cerca al animal que utiliza estos medicamentos”.
En las fiestas de fin de año, muchos tutores buscan alternativas para calmar a un perro que tiene miedo a los fuegos artificiales o que no puede hacer frente a los festejos de estas fechas. El gran problema es que al buscar un medicamento tranquilizante para que los perros “duerman” sin la debida orientación profesional, se puede acabar perjudicando el bienestar de tu perrito.
“Hay algunos medicamentos que eliminan la respuesta del animal, pero está despierto y sabe todo lo que pasa. Sus sentidos están aún más agudizados. Así que la luz le molesta mucho más, el ruido le molesta mucho más y no tiene forma de reaccionar a estos estímulos. El problema es que cuando el animal “despierta” y vuelve, si vuelve a pasar por una situación así tendrá mucho más miedo. Así que son medicamentos que perjudican al animal más de lo que le ayudan”, explica Renata.
Otro punto importante destacado por la veterinaria es que, para saber cuál es el mejor tranquilizante para perros, se recomienda hacer algunos análisis médicos para saber si el animal tiene alguna enfermedad preexistente. Esto ayuda al profesional a definir qué medicamento será el más adecuado para el caso de tu amigo de cuatro patas.
Tranquilizantes para perros: ¿cuál es la mejor manera de administrar el medicamento?
Aunque a mucha gente le preocupa la Nochevieja, es importante recordar que los fuegos artificiales están presentes todo el año en otras celebraciones, como fiestas religiosas, por ejemplo. Además, hay otros ruidos que pueden asustar a un cachorro, como los relámpagos y los truenos. Por eso, la especialista en comportamiento señala: “No tiene sentido pensar en tratar a un animal que tiene fonofobia, que es el miedo al sonido, sólo a finales de año. Hay que tratar al animal durante todo el año. Lo ideal es empezar el tratamiento al menos tres semanas antes del acontecimiento por el que va a pasar el animal para poder ajustar la dosis (y aun así tres semanas es un periodo muy corto), para que la medicación empiece a hacer efecto”.
Ajustar todo puede llevar un tiempo, lo ideal es que, cuando se note que el perro sufre fonofobia, se le lleve ya a un veterinario especialista en comportamiento para que trabaje con este animal durante todo el año, y no sólo a final de año. “Además, recordemos que para calmar a un perro con miedo a los fuegos artificiales hay que tomar otras precauciones. Preparar el entorno, haciéndolo cómodo, como si fuera un entorno de escape para este perro que necesita permanecer allí en su rincón. Si hay fuegos artificiales, el perro busca su rincón, déjalo, ¿sabes? No intentes sacarlo de la cama o recógelo.
Las sustancias naturales son otras opciones, pero su uso requiere un manejo adecuado
También existen opciones naturales para apaciguar al perro, como el uso de hierbas e infusiones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en algunos casos las hierbas medicinales funcionan muy bien, pero hay otros en los que puede que no. “La medicación por sí sola no hace milagros, así que me gusta mucho recalcar que la medicación – ya sea un fármaco o una sustancia natural – no va a funcionar por sí sola. Hay que entrenar, manejar y preparar al animal para las adversidades de la vida. Si funciona, estupendo. Si no, hay que buscar otra estrategia para mantener el equilibrio del animal”.
