La terramicina es un antibiótico ampliamente conocido en el cuidado veterinario, utilizado principalmente para tratar infecciones bacterianas en animales. Aunque su uso es común, es fundamental que los dueños de mascotas entiendan en qué casos es adecuada y por qué no se debe administrar sin la supervisión de un especialista.
¿Qué es la terramicina y cómo actúa?
La terramicina es el nombre comercial de la oxitetraciclina, un antibiótico de amplio espectro que combate bacterias grampositivas y gramnegativas. Esto significa que es eficaz contra diversas infecciones que afectan a los perros, especialmente aquellas relacionadas con la piel, los ojos y el sistema respiratorio.
Entre las infecciones más comunes que puede tratar la terramicina se encuentran:
Conjuntivitis bacteriana: Una inflamación en el ojo causada por bacterias.
Infecciones cutáneas: Como abscesos o heridas infectadas.
Infecciones respiratorias: Incluyendo bronquitis o neumonía.
De acuerdo con la doctora en medicina veterinaria Ana Ruiz, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), "los antibióticos como la terramicina son efectivos solo cuando la infección es causada por bacterias, por lo que es crucial no usarlos sin un diagnóstico adecuado para evitar resistencia bacteriana".
El uso de terramicina en perros siempre debe ser indicado por un veterinario. El especialista evaluará la gravedad de la infección y determinará si este medicamento es adecuado para el caso. Además, se debe seguir estrictamente la dosis y el tiempo de administración para evitar efectos secundarios o complicaciones.
Es importante recordar que la terramicina no es efectiva contra infecciones virales, hongos o parásitos. Por lo tanto, su uso indiscriminado puede ser contraproducente y agravar el problema de salud de tu mascota.
Lo que no debes hacer al usar terramicina
No autodiagnosticar a tu perro: Aunque los síntomas como enrojecimiento, inflamación o secreciones pueden parecer evidentes, es fundamental que un veterinario determine la causa del problema.
No compartir medicamentos entre mascotas: Cada animal tiene necesidades específicas, y un tratamiento que funcionó para un perro puede ser perjudicial para otro.
Evitar dosis incorrectas: Administrar más o menos de lo indicado puede causar resistencia bacteriana o efectos secundarios, como problemas digestivos.
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Si notas signos de infección en tu perro, como heridas que no sanan, ojos llorosos o tos persistente, lo mejor es acudir al veterinario. Una intervención temprana puede evitar complicaciones mayores y asegurar que tu mascota reciba el tratamiento adecuado.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.