Si te estás preguntando qué es el síndrome de Cushing es porque probablemente el veterinario de cabecera de tu perro ya se lo diagnosticó y quieres saber todo al respecto o porque la primera explicación que te dieron no fue del todo digerida a la primera. En primer lugar, no te asustes, aquí en Patas en Casa te vamos a explicar qué es el síndrome de Cushing y para poder ayudar a tu mascota.
¿Qué es el síndrome de Cushing?
El síndrome de Cushing es una de las enfermedades endocrinas más comunes que padecen frecuentemente los perros de mediana edad y de edad avanzada. Esta enfermedad se asocia a un exceso de producción de cortisol. ¿Pero qué es el cortisol? El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales, dos pequeñas glándulas ubicadas en el abdomen, junto a cada riñón.
La concentración de cortisol en la sangre de animales sanos varía considerablemente a medida
que fluctúa la demanda de cortisol del cuerpo. Por ejemplo, durante un período de estrés o
enfermedad, la producción de cortisol de las glándulas suprarrenales se incrementa. Una vez que este período de estrés ha pasado, la concentración de cortisol en la sangre regresa a la normalidad.
La hormona llamada HACT (adrenocorticotropica) controla la producción y liberación de cortisol de las glándulas suprarrenales. La HACT misma es producida por la glándula pituitaria, una glándula del tamaño de un guisante ubicada en la base del cerebro.
¿Qué efectos tiene el síndrome de Cushing?
El síndrome de Cushing provoca hay una sobreproducción crónica de cortisol durante
semanas y meses. En general, las cantidades de cortisol son mucho más altas que en perros sanos. La cantidad excesiva de cortisol descargada en el sistema circulatorio tiene un efecto perjudicial sobre el funcionamiento de muchos órganos y sobre el metabolismo del cuerpo.
La disminución de los niveles de energía, la pérdida de pelaje, un estómago abultado, enfermedades crónicas de la piel, cambios en el comportamiento, micción frecuente y un gran apetito son algunos de los signos más visibles. Varios de estos síntomas son muy similares a aquellos asociados con el proceso normal de envejecimiento y ocurren lentamente durante varios meses, lo cual dificulta reconocerlo como el proceso de la enfermedad en comparación con el envejecimiento usual.
Síntomas del síndrome de Cushing:
• Micción excesiva (exceso de orina) con posible incontinencia
• Excesivo consumo de agua
• Apetito voraz
• Jadeo excesivo, incluso en estado de reposo
• Pérdida de masa muscular y debilidad
• Infecciones frecuentes del tracto urinario (cistitis)
• Abdomen abultado
• Letargo
• Pérdida del pelaje, piel delgada e infecciones recurrentes
en la piel
Es importante resaltar que no todos los perros sufren los mismos efectos secundarios, el síndrome de Cushing es particular en cada uno, por lo que una revisión profunda con el veterinario es primordial, sobre todo si se notan cambios de energía, comportamiento, consumo de agua y la regularidad del apetito.
¿Qué provoca el síndrome de Cushing?
El síndrome de Cushing usualmente ocurre como una comorbilidad de un tumor benigno en la
glándula pituitaria o glándula adrenal. Estadísticamente, la mayoría de los perros con síndrome de Cushing aproximadamente un 80 a 85% tienen un tumor benigno de la glándula pituitaria. Lo que ocurre es que las células tumorales producen grandes cantidades de
la hormona ACTH, la cual a su vez estimula las glándulas suprarrenales para producir un exceso de cortisol.
Actualmente, no existe ningún examen específico que detecte el síndrome de Cushing el 100% en los perros. Por lo tanto, el diagnóstico a menudo incluye múltiples exámenes para descartar que sean signos del envejecimiento normal. Los veterinarios empezarán con pruebas de sangre, hemograma completo (CBC), análisis de orina y posiblemente relación cortisol: creatinina en orina (UCCR, por sus siglas en inglés) para evaluar la salud general de su perro.
Posteriormente, se tendrá que examinar la producción de cortisol de tu perro y las glándulas suprarrenales con estudios más específicos junto con signos o síntomas que tú como tutor hayas notado de su rutina en casa.